En una entrevista con Bloomberg el pasado 4 de marzo, el empresario afirmó estar “prácticamente totalmente comprometido” con Bitcoin. El 30% restante de su portafolio está distribuido entre oro y acciones de empresas mineras del metal precioso.
“Eso es todo. No tengo ningún bono ni ninguna otra acción”, declaró Salinas, subrayando su decisión de alejarse de otros instrumentos financieros tradicionales.
Bitcoin, una apuesta de largo plazo
Salinas describió a Bitcoin como “el activo más duro del mundo”, destacando su límite de oferta fijo, lo que, según él, lo convierte en una opción más sólida que el oro. También recomendó a los inversores seguir una estrategia de acumulación progresiva a través del promediado del costo en dólares.
“Compren todo lo que puedan. No va a ir a ninguna parte, excepto hacia arriba, porque la dinámica hace que sea el activo más duro del mundo”, aseguró.
El empresario comparó la criptomoneda con el oro, señalando que la oferta del metal precioso aumenta aproximadamente un 3% cada año debido a la minería, mientras que la cantidad de Bitcoin en circulación es limitada. Su consejo fue claro: “Nunca lo vendas”.
Con un patrimonio neto estimado en $4,600 millones Salinas reveló en noviembre de 2020 que el 10% de su cartera líquida estaba en Bitcoin. Para abril de 2022, la cifra había subido al 60%, y ahora ha alcanzado el 70%.
El magnate conoció la criptomoneda gracias a Barry Silbert, ex CEO de Grayscale, entre 2012 y 2013, e hizo su primera inversión cuando el precio del Bitcoin rondaba los $200. Desde 2021, ha intentado integrar Bitcoin en sus negocios, incluyendo esfuerzos por convertir a Banco Azteca en el primer banco mexicano en aceptar la criptomoneda, aunque los obstáculos regulatorios han frenado la iniciativa.
En medio de esta apuesta por Bitcoin, Salinas también anunció la separación de Grupo Elektra de Grupo Salinas, una decisión que, según explicó, busca ofrecer un mayor control operativo sobre el negocio.