Debidamente equipados se presentaron elementos de la Fuerza Armada para tomarse las instalaciones de la Asamblea Legislativa. / AFP


Desde el mediodía hasta las 7:00 de la noche del domingo 9 de febrero. Fue el tiempo en que el Órgano Legislativo salvadoreño perdió el control de la seguridad en el recinto legislativo.

Los agentes de la División de Protección a Personalidades Importantes (PPI) y la seguridad de la Asamblea Legislativa estuvieron relegados de sus funciones por agentes policiales élites de la Unidad del Mantenimiento del Orden (UMO) y efectivos militares con chalecos, cascos antibalas, botas tácticas y fusiles de asalto.

La punta de lanza para el ingreso de las unidades policiales élites a la Asamblea Legislativa fue el mismo director de la Policía Nacional Civil, Mauricio Arriaza Chicas, jefe de áreas especializadas cuando ocurrió el asesinato y desaparición de la agente policial, Carla Ayala, en diciembre de 2017.

Ni los PPI ni la seguridad de la Asamblea Legislativa le pusieron resistencia al director policial. Eran superados en número y en armas por los agentes policiales que se hacían acompañar del director policial.

Los soldados se saltaron la barda perimetral en las cercanías del portón sur, irrumpiendo el recinto legislativo y tomando, al igual que los policías, el control del lugar, en preparación al ingreso del presidente de la República, Nayib Bukele.

Soldados se saltaron las bardas luego de que la PNC tomara el control. /AFP


‘Nosotros ya ingresamos y tenemos el control de los portones y necesitamos la llave del Salón Azul para poder entrar, porque el señor Presidente va a hacer presencia, de lo contrario, vamos a tumbar las puertas, vamos a abrirlas’, le dijo el director de la Policía Nacional Civil (PNC), recuerda el diputado pecenista Reynaldo López Cardoza, encargado, en su calidad de directivo, de velar y coordinar la seguridad de la Asamblea Legislativa.

El director policial le dejó clara una cosa: ‘La Asamblea está a la orden de mi persona’. Así lo relata el legislador pecenista.

Minutos más tarde, la orden de abrir por la fuerza la puerta del Salón Azul fue reafirmada por el ministro de la Defensa Nacional, René Francis Merino Monroy: ‘Abramos, orden que abramos’.

López Cardoza supone que la orden que el ministro estaba dándole a los cuerpos de seguridad provenía del presidente Nayib Bukele, quien es el comandante general de las Fuerzas Armadas.

El diputado dice que las órdenes que el director de la PNC estaba recibiendo para abrir el portón provenían del ministro de Justicia y Seguridad Pública, Rogelio Rivas

“Al director de la Policía le estaba dándole órdenes el ministro de Seguridad Pública (Rogelio Rivas), eso sí me consta a mí, porque hasta en altavoz (del teléfono) lo escuchamos”, relató Cardoza a Diario El Mundo.

El director de la PNC junto a Mario Tenorio, de Gana. / D. García


La llave

La idea de “tumbar” el portón del Salón Azul se difuminó cuando, llave en mano, llegó un empleado legislativo y abrió una de las puertas que conducen al Salón Azul.

“El empleado vive allá por Zacatecoluca y ese empleado vino. Nunca llegaba y lo querían mandar a traer en las patrullas, que lo querían mandar a traer en un helicóptero, fue un gran desorden”, recuerda.

Para López Cardoza, el hecho de que el portón del Salón Azul haya sido abierto con la llave no deja ser “una toma a la fuerza de esta Asamblea Legislativa” para permitir el ingreso de Bukele, quien llevaba la intención de “disolver” el Parlamento.

“Los militares se saltaron la barda para ingresar. Fue una toma, fue una toma a la fuerza de esta Asamblea Legislativa”, sostuvo el legislador.

Guillermo Gallegos, de Gana, desde la junta directiva. / D.G.


No tiene duda de que la intención era disolver la Asamblea Legislativa. “Era disolverla. Cuando el señor Presidente inició la sesión plenaria dijo: ‘He convocado al Consejo de Ministros’. Yo creo que sus palabras lo dijeron. No debió sentarse en la silla del presidente de aquí; pero lo hizo”, responde.

Bukele, que pidió una semana a sus seguidores, no hizo lo que López Cardoza temía. Pero el domingo se sentó en la silla del presidente legislativo y tocó el gong, que marca el inicio o final de la sesión plenaria, ante los 28 diputados que se habían hecho presentes.

“Estuvimos presentes aquí, de buen corazón, no creímos que íbamos a tener ese tipo de situaciones”, relata López. Aunque no se arrepiente de haber llegado, dice el pecenista, cuando llegó a su casa, andaba nervioso y preocupado.

¿Cómo cedieron el control de la seguridad en la Asamblea? López Cardoza dio la orden de replegarse.

“Para que no fuéramos a crear un choque o un conflicto en contra de la Policía. No nos vamos a poner a pelear 48 seguridad que tenemos aquí contra 5,000 policías que andaban aquí”, relata.

El órgano legislativo recuperó el control de su seguridad hasta las 7:00 de la noche. A esa hora, el jefe de la seguridad, el coronel César Reyes Dheming, le informó al diputado López: “Ya tenemos el control de la seguridad”.