Un reconocimiento que impulsa sueños
Para Belén, este viaje es mucho más que una oportunidad de entrenamiento; es un reconocimiento a su dedicación y esfuerzo en un deporte poco convencional en El Salvador. "Significa mucho para mí", expresó Ariana, "Dios me dio este premio, y lo voy a aprovechar para alcanzar un ranking mayor en futuras competencias".
Doble jornada: atleta y estudiante
La vida de Belén es un constante desafío de equilibrio entre el deporte y sus estudios de Relaciones Públicas y Comunicaciones. "Es complicado llevar las dos cosas al mismo tiempo", confesó.
Sus días transcurren entre la universidad y los entrenamientos de doble turno en el Palacio de los Deportes Carlos "Famoso" Hernández, el principal centro de esgrima del país. / Foto Cortesía.
De los palos de escoba al florete
La historia de cómo llegó a la esgrima es tan peculiar como inspiradora."Mi abuelo me llevó a la federación porque jugaba con palos de escoba", recordó Ariana con una sonrisa. Su abuelo vio en ella un potencial que la llevó a descubrir su pasión por el florete, una de las tres armas de la esgrima, junto con la espada y el sable.Nueva York: un trampolín hacia el éxito
Las expectativas de Ariana para su viaje a Nueva York son altas. "Lo tomaré como fogueo", afirmó. En la ciudad estadounidense, tendrá la oportunidad de entrenar con más de 50 esgrimistas, una experiencia invaluable para una atleta que en El Salvador enfrenta la limitación de compañeros de entrenamiento.
"Allá aprovecharé al máximo los combates, porque aquí no se puede", explicó. Este entrenamiento intensivo fortalecerá su técnica y táctica, áreas clave para alcanzar sus metas: una medalla en el Panamericano y el oro en los Juegos Centroamericanos.
Agradecimiento y mensaje inspirador
"Estoy súper agradecida con la Fundación Borja. Gracias por creer en los atletas". Su mensaje para los jóvenes que dudan de sus sueños es un llamado a la perseverancia: "Que sigan, que la disciplina que tienen nadie se la va a quitar".
La esgrima en El Salvador: un deporte en crecimiento
Aunque la esgrima aún no es un deporte masivo en El Salvador, con alrededor de 50 practicantes en todo el país, Ariana confía en que su ejemplo inspire a más jóvenes a descubrir esta disciplina. "No soy fácil de derrotar", afirmó con determinación.