Si hay algo que caracteriza a la afición salvadoreña es la fidelidad. Ayer, esa pequeña chispa de esperanza volvió a nacer con el inicio de una nueva eliminatoria mundialista.

Aunque a última hora y bajo la lluvia, el público llegó al Cuscatlán, algunos solos, otros en pareja y muchos en grupos de hasta 10 personas, para presenciar el encuentro ante Puerto Rico que en el engañoso papel, resultaba ser un encuentro accesible para iniciar con pie derecho.

Como presagio de una noche gris para las intenciones de la Selecta y la afición, minutos antes del arranque del encuentro, la lluvia obligó a los que llegaron al filo del pitido inicial a aligerar el paso.

De la misma forma algunos de los comerciantes en las afueras del estadio tuvieron que apresurarse para guardar las camisas y bufandas de la azul y blanco, así como artículos electrónicos que ofrecían aprovechando la afluencia de personas.

Comerciantes llegaron al Cuscatlán para vender las camisas de la Selecta, aprovechando el inicio de las eliminatorias. / Yelter Herrera
Comerciantes llegaron al Cuscatlán para vender las camisas de la Selecta, aprovechando el inicio de las eliminatorias. / Yelter Herrera



Tras las notas del himno nacional, la afición ya se encontraba lista para lo que prometía ser la primera victoria de El Salvador, tras una amarga racha de 23 partidos sin conocer el triunfo.

Los cánticos, como siempre, comenzaban a entonarse desde sol general desde donde se apreciaban las pancartas de “Bichos unidos” y “Barra azul 503”, mismos que se replicaban en todo el Cuscatlán.

En la primera mitad del encuentro cada barrida, cada robo de pelota y cada intento de atacar por parte de la selección salvadoreña era aprobada por el público con gritos y aplausos. Sin embargo, las mayores alegrías para los presentes fue la tarjeta amarilla mostrada por el central al defensor puertorriqueño, Zarek Valentin a los 27 minutos y cada robo de balón hecho por la defensa salvadoreña a Jeremy de León, amuleto de la selección isleña que juega en el Real Madrid Castilla.

Sin espacio para tantas emociones en la segunda mitad, más que el ingreso de Jairo Henríquez en el segundo tiempo y los pocos minutos que vio Leonardo “Cacho” Menjívar, el ambiente comenzó a volverse tenso.

Algunos vendedores tuvieron que guardar su mercadería debido a la lluvia.  / Yelter Herrera
Algunos vendedores tuvieron que guardar su mercadería debido a la lluvia. / Yelter Herrera



Nuevamente la afición reprochó al delantero Nelson Bonilla con una silbatina cuando este fue sustituido por Francis Castillo al 59’.

Sobre los últimos 10 minutos, los cánticos volvieron a aparecer con fuerza para tratar de darle ese último empujón a la Selecta, para demostrar que la afición seguía con ellos, para que buscaran a toda costa el gol de la victoria y sobre todo, para acabar con la racha sin triunfos.

Al final, no se pudo.

Estadio-Cuscatlán-afición-2
Estadio-Cuscatlán-afición-2




El silbatazo final sonó en todo el estadio y con ello abrió las puertas al reproche, la frustración y el desconsuelo del público, que llegó con esa chispa de esperanzas de al menos arrancar con pie derecho las eliminatorias al mundial de Estados Unidos, México y Canadá de 2026.

La respuesta de la afición fue un monumental abucheo en el Cuscatlán.