A partir de este 2023, el arroz desde Estados Unidos ingresará con total acceso al mercado salvadoreño tras la finalización de la degradación arancelaria para este producto, establecida en el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana (CAFTA-DR).

Firmado en 2004, el CAFTA-DR entró en vigencia en 2006 y contempla una degradación gradual del Derecho Arancelario a la Importación (DAI) a cero hasta 2025. El sector industrial alcanzó la liberación total en 2016, mientras que el agro aún tiene peldaños pendientes de algunos productos considerados sensibles.

El arroz, así como las partes oscuras de pollo, tenía una degradación arancelaria de 18 años. En el caso del cereal, inició con una cuota de importación de 62,200 toneladas para el primer año y el impuesto que se aplicaba era del 40 % si se sobrepasaba el límite establecido.

El Ministerio de Economía (Minec) publicó la degradación arancelaria en el Diario Oficial el pasado 15 de diciembre de 2022 y está vigente desde el primero de enero. El paso para consolidar el avance del CAFTA había sido rechazado por los productores salvadoreños, que en varias ocasiones señalaron que no pueden competir con la agroindustria estadounidense.

“Esto perjudica al productor nacional porque lo pone en desventaja en relación a ese producto”, aseguró Luis Treminio, presidente de la Cámara Salvadoreña de Pequeños y Medianos Productores Agropecuarios (Campo).

Treminio indicó que en 2022 el arroz, al igual que otros cereales, ingresó libre de arancel después de que el Gobierno salvadoreño aprobara una ley transitoria que permitía la compra de productos de primera necesidad sin cobro de impuestos, como una medida para frenar la inflación.

Dentro de los productos que ingresó con preferencias estuvo el maíz blanco, agregó el líder gremial, que insistió en que “viene en detrimento del producto nacional porque nos pone a competir contra un maíz subsidiado” del 60 % en Estados Unidos, contra un 5 % que tienen los productores locales.

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Peso en las importaciones.

El Banco Central de Reserva (BCR) reporta que las importaciones de arroz (descascarillado y precocido) alcanzaron los $6.4 millones a noviembre del 2022, pero de esos $43,115 millones corresponden a compras a Estados Unidos. Una participación del 6.4 %.

Incluso se importa más arroz desde China, según la institución desde el gigante asiático se compraron $227,609 en concepto de este cereal.

El principal proveedor de arroz al mercado salvadoreño es Costa Rica, de donde procedieron unos $2.2 millones, el 34.3 %. Brasil con $1.19 millones, y Nicaragua con $1.1 millones se agencian el segundo y tercer lugar.

Campo señaló que los arroceros tienen un cultivo más de escala, a diferencia de los de maíz o frijol que muchas veces son las familias las que se dedican a la siembra. Sin embargo, la producción nacional cubre cerca del 77 % de la demanda, por lo cual se debe importar una parte.

La asociación estima que para este año el consumo de arroz rondará los 900,000 quintales, de esos 693,500 quintales están asegurados. Los restantes 200,000 deberán ser importados.

Una investigación presentada en 2021 por el BCR advertía que el sector agrícola era el menos favorecido con el CAFTA y calculó que unos 36,000 puestos de trabajos fueron desplazados por la liberación arancelaria.

Según esa investigación, unos 25,486 empleos se desplazaron entre 2006 y 2019, y otros 10,009 serán afectados de 2020 a 2025, cuando concluya la degradación.