Bajos salarios, acuerdos incumplidos en tiempos de jornadas y actividades por realizar, y el acoso sexual son parte de la realidad a la que se ven expuestas las trabajadoras domésticas en el país.
Alma Siliezar pertenece al Sindicato de Mujeres Trabajadoras del Hogar Remuneradas Salvadoreñas (SIMUTHRES) y desde que tenía 12 años fue orillada por su familia a dedicarse a los trabajos domésticos, en aquel momento sin una remuneración más que la comida que recibía.
“Imagínense yo sí por 13 o 14 años cuando mucho cuidando a otros muchachos, a otros a otros niños”, lamentó ahora a sus 60 años.
Siliezar conoció en carne propia y, a temprana edad, la explotación laboral, del que ha sido testigo a lo largo de su vida.
Como secretaria de prensa y propaganda del sindicato, reconoce que desde el inicio de la pandemia la dinámica ha cambiado para muchas trabajadoras domésticas, pues pasaron de tener un lugar fijo donde trabajar a realizar servicios de forma esporádica.
“Se han reducido muchos trabajos después de que apareció la pandemia, porque muchos empleadores o empleadoras tenían miedo de que la trabajadora llegara a su casa y los fuera a contagiar”, indicó Siliezar.
El problema es que ahora, cuando los contagios de covid-19 han disminuido, las trabajadoras de este rubro no han sido recontratadas.
Siliezar señala que para poder sobrevivir, en su caso, debe de dedicarse a otros trabajos como las ventas por catálogo.
Muchos trabajos se perdieron, incluso algunas compañeras se le redujeron sus días de trabajo, muchas quedamos como dicen en el limbo".
Alma Siliezar
Trabajadora doméstica
Salario.
La trabajadora del hogar señala que la mayoría de los contratos que se realizan son verbales, entre el trabajador y el empleador. Aunque en un inicio se acuerden cierta cantidad de actividades, conforme avanza el tiempo aumentan las tareas, que obligan a invertir más horas de trabajo que no son pagadas, por lo que reclaman que en el país el salario mínimo no se cumple para ellas.Datos del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS) revelan que desde enero del 2020 se reporta una reducción de los empleos domésticos en 6.2 %, ya que pasaron de reportarse 1,921 trabajadores cotizantes a 1,801 a enero pasado.
El salario aumentó en los últimos dos años un 18 %, al pasar de los $310 hasta los $366 en enero del 2022, pero, según Siliezar, el pago por los trabajos en realidad ronda entre los $150 y $280 por mes.
Ante toda la inestabilidad laboral, la trabajadora doméstica destaca la importancia de la formación en derechos humanos y laborales, para identificar vulneraciones. Pero reconoce que muchas que se someten a estas injusticias porque “la misma necesidad las obliga”.
El gremio teme por su salud, pues la mayoría no cuenta con Seguro Social, o con la seguridad de una pensión digna al final de su vida laboral. Piden ratificar el convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), relacionado con los derechos del gremio, así como el convenio 190, que las protege de la violencia y acoso laboral.
Los acuerdos que no se cumplen
Ante los incumplimientos de contratos, el sindicato destaca la importancia de la formación en derechos humanos y laborales.Lo no acordado: señalan que las empleadas domésticas pactan algunas actividades y les suman más, como planchar, cuando ya están contratadas.
Más horas: aunque se acuerdan unos días laborales, muchas trabajadoras domésticas deben trabajar más horas o días de los que se les encomiendan.
Remuneración: tanto las actividades extras, como realizar más horarios de trabajo, no tienen remuneración adicional.
