El Banco Central de Reserva (BCR) atribuyó la deflación, reportada por segundo mes consecutivo en noviembre, a los agromercados y el inicio de operaciones de la central de abasto en Soyapango.



La institución confirmó que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) cerró con una tasa anual de -0.31 % en noviembre, después de que en octubre reportó -0.07 %.

A través de redes sociales, el BCR señaló que la contracción de la inflación responde al “fortalecimiento de agromercados, la apertura de la central de abastos y el combate a la especulación de precios y el acaparamiento de productos”.



Después de una crisis de precios, atribuida a los daños en los cultivos por las tormentas de la primera quincena de junio, el gobierno anunció la expansión del programa de agromercados administrados por el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), creado inicialmente para que los agricultores vendan de directa; sin embargo, las organizaciones del sector aseguran que se comercializan productos importados.

En octubre, el presidente salvadoreño Nayib Bukele anunció una nueva central mayorista, ubicada en el distrito de Soyapango. Según el gobierno, el 75 % de los productos distribuidos corresponde a cosecha nacional.


Deflación en alimentos

Alimentos y bebidas no alcohólicas es rubro al que más atención se pone de las 12 actividades que conforman el IPC, que, según el BCR, cerró en una deflación de -0.70 % en noviembre, una tasa más baja que el 0.34 % reportado en octubre.

Según el BCR, la contracción responde a menores precios en aguacate, güisquil, zanahoria, chile verde, sandía y papa.

“La inflación de alimentos se contrajo por segundo mes consecutivo, siendo a su vez la tasa más baja desde junio de 2021 y ubicándose 5.4 puntos porcentuales por debajo de lo observado en mismo mes del año anterior”, sostuvo el BCR.

¿Es buen indicador la deflación? No, según la teoría económica porque afecta la demanda y las empresas comienzan a tener pérdidas, que luego se traduce en menor producción y empleo.

Sin embargo, economistas consultados por Diario El Mundo en noviembre pasado descartaron que la deflación sea, de momento, un riesgo para la economía y responde a un ajuste después de un período de constantes alzas. Pero, las alarmas se activarían si la caída se profundiza por varios meses.