El documento institucional, titulado América Latina y el Caribe ante las trampas del desarrollo: transformaciones indispensables y cómo gestionarlas, señala que la informalidad es una “característica estructural” de los mercados latinoamericanos con tasas más altas que cualquiera de los países de la Unión Europea.
Bolivia es el país con la tasa de informalidad más alta de la región, con más de 80 % de su economía, seguido de Honduras y Guatemala. Perú, Ecuador, Paraguay y El Salvador siguen la lista, con porcentajes cercanos al 70 %.
El promedio latinoamericano es de 55.6 %, una tasa superada en 13 países. Según la CEPAL, Uruguay tiene el porcentaje más bajo de la región, con un poco más de 20 %, seguido de Chile en más de 25 %.
Vistazo a la informalidad
Un mapa socioeconómico de los 44 municipios, elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), reveló que el 70 % de los salvadoreños ocupados se encuentran en un empleo informal, donde no cotizan Seguro Social ni ahorro de pensiones. Además, las personas en este segmento suelen tener menores ingresos.De acuerdo con el estudio, los municipios de Morazán Norte y San Miguel Norte tienen las tasas de informalidad más altas, de hasta 94 %.
La informalidad es el refugio para miles de salvadoreños que no logran un empleo formal, ya sea porque la demanda sobrepasa la oferta o porque no tienen un nivel educativo exigido por las empresas.
Los trabajadores informales generan cerca del 21.4 % del producto interno bruto (PIB) de El Salvador, señala por su parte una investigación del Banco Central de Reserva (BCR). La participación es mayor frente a los empleados formales, que aportan un 30.7 %, explicado, según el estudio, por una mayor productividad.
Esa investigación -que retoma el cuadro de oferta y utilización (COU) del Sistema de Cuentas Nacionales (SCN)- señala que los sectores con mayor informalidad son agricultura (96.8 5), otros servicios (87.3 %) y construcción (80.6 %).
Asimismo, la investigación indica que el sector informal aportó $5,962.9 millones al PIB mientras que el sector formal generó $23,080.2. El PIB de ese año fue de $29,043.1 millones.