Alejandro Zelaya, ministro de Hacienda, señaló que el desarrollo de la facturación electrónica contó con financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y su entrada en funcionamiento “es un paso gigante” para El Salvador en materia de administración tributaria.
Los primeros pasos de este sistema iniciaron a finales de 2016 cuando el BID aprobó un préstamo de $30 millones para mejorar la gestión tributaria. Hacienda esperaba arrancar con el sistema en el primer semestre del 2020, pero el proceso se detuvo por la pandemia del covid-19 y fue hasta finales de 2021 que se ejecutó una prueba piloto con un grupo de 70 empresas.
Zelaya aseguró que en 2019 encontraron una institución “en abandono” y, desde entonces, se retomó el proyecto de la facturación electrónica que usualmente su desarrollo demora cinco años, pero, agregó, la actual administración logró hacerlo en tres años.
“Este hito es uno de los más importantes en la administración tributaria”, agregó César Falconi, representante del BID en El Salvador. Según estudios del multilateral, citó Falconi, la facturación electrónica eleva 6 % la recaudación y permite incorporar a sectores con menor cobertura de la institución
Entre las empresas que se sumaron a la prueba piloto están Holcim, PBS El Salvador y Bancoagrícola.
Alexander Pinilla, vicepresidente de Finanzas de Bancoagrícola, explicó que cada año la institución emite 13 millones de documentos tributarios en físico que requieren, además de tinta y papel, condiciones adecuadas para almacenarlas durante 10 años porque así lo establece la ley. Con la facturación electrónica, estos comprobantes se trasladan a digital y podrán estar disponibles para consulta de toda la empresa.
“Para nuestros clientes, que hace muchas transacciones, ya va a recibir inmediatamente en su correo electrónico, de manera paralela, el Ministerio (de Hacienda) nos da aval de que la factura está bien y se le entrega al cliente, y a nosotros nos queda en nuestros registros”, explicó el ejecutivo.