La financiera multinacional Morgan Stanley consideró que la perspectiva de los bonos deteriorados de El Salvador podría mejorar, porque “vemos riesgo recompensa” de la deuda salvadoreña.

Los eurobonos de El Salvador, deuda emitida en el mercado internacional, han sido fuertemente castigados por la incertidumbre si el Gobierno central tendrá la capacidad de pagar el vencimiento de $800 millones en enero de 2023, aunado al riesgo por la adopción de bitcoin como moneda de curso legal.

Después de que tuviera “uno de los peores rendimientos hasta la fecha”, Morgan Stanley asegura que hay cinco razones para preferir los bonos con vencimientos para 2025 y 2032, así como el de 2052 en el largo plazo.

“El Salvador parece haber sido excesivamente castigado por el mercado” en comparación con otras economías emergentes, escribió Simon Waever, analista de Morgan Stanley en un documento publicado el martes.

El país tiene más de $7,700 millones en deuda con eurobonos, pero la principal preocupación del mercado es el pago de los $800 millones para enero de 2023 debido a que sin un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) se agotaban las opciones de financiamiento para el Gobierno central.

Tras meses de negociación, el acuerdo con el FMI se cayó luego que se removieran los magistrados de la Corte Suprema y luego se anunció la adopción del bitcoin en junio de 2021.

Desde entonces, tanto el riesgo país (EMBI), como las calificaciones soberanas se han deteriorado. A su paso, cayó la cotización de los bonos.

Se podrían pagar los bonos.

Morgan Stanley señaló que “puede que ni siquiera se requiera una reestructuración” de la deuda porque “El Salvador parece tener la capacidad de pagar los próximos bonos, particularmente debido a los fuertes ingresos fiscales”.

Waever escribió que el país tiene un superávit primario y vencimientos de deuda menores a sus pares como Argentina, Egipto y Ucrania.

Aun así, calcula que si se negocia la deuda podría conseguirse a un promedio de $0.43, incluso si el Gobierno central se enfrenta a un escenario probable de incumplimiento para 2023.

Sin embargo, para que una reestructuración de deuda funcione “casi siempre se necesita que el FMI participe o que haya un claro impulso de reforma por parte del Gobierno”, por lo que la financiera consideró que este escenario “fácilmente podría terminar siendo una negociación prolongada”.

“La situación se está volviendo más difícil”.

El analista escribió en el informe que no es necesario “mirar más de los precios de los bonos para ver que la situación de El Salvador es peor hoy que cualquier momento reciente”.

La deuda del Sector Público no Financiero (SPNF) tiene un peso del 80 % del Producto Interno Bruto (PIB, producción de bienes y servicios de la economía), mientras que el déficit fiscal sigue alto y los intereses representan el 20 % de los ingresos al fisco.

Sumado a lo financiero, las autoridades han perdido una cantidad considerable de confianza del mercado haciendo promesas que luego no se han cumplido, sobre todo las frecuentes declaraciones de que un acuerdo con el FMI estaba cerca. Finalmente, El Salvador sí se destaca como estar entre los países más afectados negativamente por la guerra en Ucrania debido a su dependencia de la importación de combustibles y alimentos”.


Para Morgan Stanley, aún es tiempo de revertir la crisis fiscal, pero “la ventana se está cerrando”. En todo caso, señala en el documento, los precios de los bonos “pueden estar exagerando lo malo de la situación”.

Los elementos clave son un ajuste fiscal y la actual dirección “poco ortodoxa” de la administración de Nayib Bukele.