La libra de café en el mercado internacional cerró en $1.82 en febrero pasado, su mejor precio en 17 años, de acuerdo con los registros de la Organización Internacional del Café (OIC).

La institución, de que El Salvador es miembro, elabora desde 1960 el precio indicador compuesto (ICO) como una referencia para la venta del aromático en el mercado internacional. Este es uno de los termómetros más consultados por la industria del café, sobre todo quienes dependen de la fluctuación del Contrato C, un mecanismo en bolsa sujeto al vaivén del mercado.

El ICO es el promedio de la cotización de seis grupos de café: colombianos suaves, otros suaves, naturales de Brasil, robusta, Nueva York y Londres.

El periplo del ICO muestra que la libra de café cerró en $1.82 en febrero, un 4.2 % superior al valor registrado en el mismo mes de 2023 y un 3.4 % por arriba de los $1.76 de enero de 2024.

El precio del aromático se descalabró en octubre de 2022, después de más de un año de bonanza que llevó al quintal a superar los $250. Este corte marcó un retroceso y en los siguientes meses fluctuó entre los $150 y $180.

Condiciones del mercado

Según la OIC, el precio del café de las variedades robusta alcanzó en febrero su precio más alto desde noviembre de 1994, tras un promedio de $1.53 la libra.
En mercado se divide en dos grandes grupos de café: el robusta, con notas más fuertes y el doble de cafeína, y el tipo arábica –para muchos considerado el mejor–, que tiene sabores más equilibrados y suaves. El Salvador es productor sobre todo de variedades arábicas, como Bourbon y Pacaramara.

Una nota del Instituto Salvadoreño del Café (ISC) del 8 de marzo detalla que los precios del café arábica bajaron en la última semana debido a las mejores perspectivas climáticas en Brasil, el mayor productor de café a nivel mundial, que aliviaron las preocupaciones por una sequía en las zonas productoras.

De esa manera, el quintal de café para entregar en mayo de 2024 cerró en $185.20.

Desde una brusca caída en la cotización del aromático en 2017, el sector caficultor salvadoreño se sumergió en una profunda crisis debido a que el valor pagado por cada quintal no era suficiente para cubrir los costos.

El rubro se enfrenta, además, a una baja producción desde 2013 después del ataque de la roya, con un rendimiento de 3.8 quintales oro-uva por manzana, lejos de los 20 quintales que se obtenían en la década de 1990.