Las medidas de alivio, implementadas desde marzo para contener la inflación, han tenido un costo de $513.8 millones, equivalente al 1.6 % del Producto Interno Bruto (PIB) salvadoreño, señala un informe publicado ayer por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

El estudio evalúa la seguridad alimentaria tras las medidas implementadas por los gobiernos para aliviar el impacto de la inflación en la economía familiar en Centroamérica, México, República Dominicana y Haití. En esta región, plantea el reporte, la pandemia dejó a 62 millones de personas en carencias para conseguir sus alimentos, por lo que el encarecimiento del costo de la vida viene a poner presión en las frágiles finanzas familiares.

El multilateral señala que la mayoría de países activaron medidas fiscales que requirieron, en promedio, un gasto equivalente al 1.1 % del PIB. En el caso de El Salvador, el informe plantea que el costo representó el 1.6 % de su Producto Interno Bruto.

Las medidas adoptadas por la Administración Bukele se dividen en directas e indirectas. En el primer grupo están las que tienen un impacto importante sobre la seguridad alimentaria, como el refuerzo presupuestario para la entrega de paquetes agrícolas y la reducción de aranceles para la importación de una canasta de productos básicos. En estas se destinaron $63.8 millones, un 0.2 % del PIB.

En las medidas indirectas destaca principalmente los subsidios a los combustibles y el gas propano, con un gasto de $450 millones, el 1.4 % del PIB. En esta parte, el multilateral señala que, si bien el Gobierno argumentó que el congelamiento de los precios contribuye a reducir el gasto del transporte de alimentos y de preparar alimentos, apenas un 24.5 % de la población urbana tiene vehículo y 12.9 % en la rural.

La institución bancaria señaló que un factor que jugó a favor de las micro y pequeñas empresas (mype) es el subsidio al salario mínimo, un ajuste aprobado en agosto de 2021, pues este segmento es muy sensible a las alzas de precios.

DEM
DEM

En riesgo la seguridad alimentaria.

Si bien los indicadores de seguridad alimentaria en El Salvador mejoraron de 2017 a 2019, los sucesivos choques sufridos desde la pandemia del covid-19 han revertido esta tendencia. “Existen indicios de un deterioro, principalmente vinculado al alza generalizada en el precio de los alimentos durante 2021-2022”, señaló el BID en su informe.

La inflación general ha tenido un incremento interanual del 7.7 %, pero la inflación de los alimentos duplica esa cifra y se coloca en 14.5 %. La diferencia abismal se explica, en parte, por la dependencia de El Salvador a las importaciones ya que su producción no alcanza para cubrir la demanda nacional.

De esa manera, la inseguridad alimentaria acentuada representó apenas el 9 % de la población entre marzo y mayo 2018, equivalente a unos 23,000 salvadoreños, pero para el mismo período de este 2022 llegó al 52 % . Es decir, que unos 3.3 millones de personas están en riesgo de no conseguir sus alimentos.

El 14 % de la población está en fase de crisis o emergencia, unos 900,000 salvadoreños.

3 datos que debes de conocer


1.- Preocupación
Según una encuesta, entre el 30 % y 40 % de los hogares en El Salvador, Honduras, Costa Rica y Panamá señala que le preocupa la falta de dinero.

2.- Poca producción
Entre 2015 y 2019, la agricultura tuvo una menor importancia dentro de toda la producción nacional del 5.4 %, cuando el promedio regional es de 7.8 %.

3.- Importación
El Salvador tiene que importar hasta el 93 % de las verduras que consume, el 62 % de los cereales, 55 % de frutas y 46 % de la carne bovina.