Por cada dólar exportado por El Salvador, $0.22 corresponden a bienes intensivos de conocimiento (IIT), concluye una investigación del Banco Central de Reserva (BCR), que advierte que los pioneros en este sector son las empresas de capital extranjero mientras que las internas se relegan a manufacturas de bajo valor.

El estudio examinó la inversión extranjera directa (IED) y la economía del conocimiento, entendiendo esta como las actividades que requieren tanto el uso del conocimiento humano como la tecnología para ofrecer productos o servicios con mayor valor agregado.

Este concepto comenzó a figurar en el vocabulario de los economistas a finales de la década de 1990, cuando hubo un importante impacto económico gracias a las tecnologías de la información (TIC) y la productividad en Estados Unidos. En ese momento, El Salvador comenzaba a salir de la trampa de decrecimientos por el conflicto armado y tuvo un auge por la llegada de empresas maquiladoras.

Ernesto García, analista de operaciones externas del BCR, señaló que las exportaciones de bienes intensivos en conocimientos han aumentado, pero a un ritmo muy moderado. Su impulso más significativo ocurrió en 2020 por la pandemia, cuando se mostraron mucho más resilientes con una contracción de 2.2 % frente a un 16.2 % de los productos tradicionales.

De acuerdo con esta investigación, entre 2015 y 2016 las exportaciones de bienes intensivos en conocimientos representaron $0.15 por cada $1. A partir de 2017 comenzaron a experimentar un crecimiento y en 2021 llegaron a $0.22.

Extranjeros, los principales motores.

García destacó que las empresas con inversión extranjera directa contribuyeron al 53 % de las exportaciones, a pesar de que representan menos del 10 % dentro de los autorizados a exportar.

“Cuentan con mayor capacidad tecnológica que le permite incorporar más conocimientos dentro de su exportación”, sostuvo.

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Las empresas de El Salvador tienen a especializarse en manufactura de baja tecnología y basadas en recursos humanos, mientras que las de IED se mueven en media y alta tecnología, explicó el investigador.

García, sin embargo, señaló que hay empresas salvadoreñas que han cruzado la barrera y se destacan en el sector de tecnologías del conocimiento, como Aeroman que se dedica al mantenimiento de aviones y Hugo que fue recientemente adquirida por la alemana Hero.

¿Qué se exporta?

El producto estrella de la industria en El Salvador son los condensadores eléctricos fijos (también conocidos como chips), elaborados exclusivamente por la empresa japonesa Kyocera AVX, que inició operaciones en 1977 en la zona franca de San Bartolo, Ilopango.

Este es el sexto producto más exportado, pero le aventajan los productos textiles como las camisetas y suéteres, el azúcar de caña, los plásticos y el papel higiénico.

En los últimos años, las empresas locales han mostrado más interés en las exportaciones de medicamentos con antibióticos, mientras que las de IED se afincan en los sectores de condensadores eléctricos, pinturas y barnices, y agentes orgánicos.