La carga movilizada en el Puerto de La Unión en los 14 años que tiene de operaciones apenas representa un 4.3 % del total atendido en el Puerto de Acajutla solo en 2023, según la Comisión Ejecutiva Portuaria Autónoma (CEPA).

El anuario estadístico publicado por la empresa estatal detalla que de 2010 a 2023 se movilizaron 248,893.73 toneladas en el Puerto de La Unión, considerado un “elefante blanco” pues desde que se inauguró no ha operado a su máxima capacidad y el costo de mantenimiento supera a los beneficios.



En contraste, el Puerto de Acajutla atendió más de 5.5 millones de toneladas en 2023, al menos 478 veces más que la carga movilizada en la terminal marítima al oriente en el mismo ejercicio.

CEPA registra que solo en 2023 en La Unión se movilizaron 11,505.66 toneladas, equivalente a un 65 % de crecimiento respecto a las 6,970 toneladas reportadas en 2022. Sin embargo, se quedó lejos del volumen de carga atendido antes de la pandemia de covid-19, pues en 2019 se transportaron un poco más de 17,400 y en 2020 se superaron las 19,100 toneladas.



Desde su inauguración en 2009, el Puerto de La Unión ha sido un dolor de cabeza. Inicialmente, esta terminal se construyó para competir con el Canal de Panamá y se buscaba atraer contenedores, pero, debido a los problemas de sedimentación, es imposible que buques de grandes dimensiones ingresen a la costa.

En 14 años, solo se recibieron 67 contenedores entre 2010 y 2012. A partir de 2013, la operación se concentró en barcos pesqueros que han representado un 56 % de las embarcaciones atendidas en la última década.


¿Cuál es el problema del Puerto de La Unión?

Los primeros estudios de prefactibilidad del puerto se realizaron en 1994, pero fue hasta 2005, en la administración del expresidente Elías Antonio Saca, que comenzó la construcción, que concluyó a finales de 2008.

La construcción costó $180 millones, de los cuales $101.3 millones corresponden a un préstamo de la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA).

Un estudio realizado por una empresa cubana en 2017 reveló que el gran problema de la terminal es que se construyó en una zona de mucha sedimentación por el arrastre de materiales rocosos, por lo que CEPA debe destinar millonarias cantidades de dinero para dragar el acceso. Sin embargo, la operación no es rentable porque tampoco hay demanda suficiente de las navieras.

El Puerto de Acajutla, por su parte, se convirtió en la principal terminal marítima de El Salvador desde su establecimiento en la época de la colonización, en la década de 1570, cuando se creó como una vía para las exportaciones hacia Europa. Oficialmente se fundó en 1960.

De acuerdo con CEPA, solo en 2023 se atendieron a 536 buques, de los cuales 212 eran portacontenedores, 133 carga general, 133 graneleros, nueve multipropósitos y 49 tanqueros.

La última historia fallida en el Puerto de Acajutla es el ferri con Costa Rica, que operó solo cuatro meses, de agosto a diciembre, debido a una baja demanda. CEPA registra que se realizaron 14 viajes, cargados principalmente con jugos, maquinaria, turbinas, generadores eléctricos, vehículos nuevos, fertilizantes y animales vivos.