Los resultados del domingo quedaron bastante claros a estas alturas y más allá de los análisis políticos sobre los premios y castigos que los electores han dejado plasmados en las urnas, es importante recordar los enormes desafíos que tendrán los 44 nuevos alcaldes del país.

Lo primero es integrar sus distritos a una sola administración. Muchos de los distritos en un municipio tienen realidades distintas y problemas totalmente diferentes. Algunos vienen de buenas administraciones municipales que son sostenibles, mientras que otros provienen de pequeños municipios que subsistían con el Fodes.

La población es demandante en sus servicios y los nuevos alcaldes no tienen tiempo qué perder para resolver los problemas como la recolección de basura, la reparación de calles, el alumbrado público y servicios administrativos como emisión de documentos.

Una administración más grande implica mayor coordinación institucional y la dispersión territorial puede causar problemas, de manera que es importante que las nuevas autoridades conozcan la extensión y realidad de sus municipios. Pero eso implica también mejorar la recaudación de tasas e impuestos. Es importante actualizar el catastro de los municipios para poder ser más eficiente en los cobros.

Finalmente, es importante que lleven el desarrollo de manera uniforme para que los distritos crezcan y mejoren juntos. De nada sirve que el municipio más grande siga siendo fuerte y desarrollado y que el resto de distritos no mejoren.