Las estadísticas oficiales sumaban 717 personas fallecidas por accidentes de tránsito entre el 1 de enero y el 14 de julio, es decir, un promedio diario de 3.6 muertes. El número a estas alturas del año es mayor que los 655 registrados el año anterior, lo que nos ilustra lo preocupante de este problema.
Los accidentes viales tienen, en la mayoría de los casos, causas similares: distracción al volante, exceso de velocidad o problemas mecánicos. Como vemos, todos son directamente responsabilidad de los conductores o de los propietarios de los automotores.
La educación vial deja mucho que desear. Pareciera que muchos conductores memorizaron las leyes de tránsito para los exámenes de licencia y nunca más se recordaron de ella.
La responsabilidad de los accidentes recae sobre los conductores. Por mucho que las autoridades refuercen el control de tránsito con presencia de policías y gestores, la irresponsabilidad prevalece de parte de demasiada gente.
Hay que tomar conciencia sobre la responsabilidad que implica conducir un vehículo automotor. Hay que reflexionar sobre los daños humanos, muchas veces irreversibles, así como los enormes costos materiales que provoca esta situación. Es momento de analizar esta situación con mucha seriedad.