Estados Unidos ha estado apoyando la generación de empleos en El Salvador con una fuerte inversión en los últimos años y esta semana el embajador estadounidense William Duncan confirmaba que se han creado 40,000 nuevos empleos en El Salvador -desde el año 2017- gracias a una inversión de $47.8 millones.

Los empleos fueron generados a través del Proyecto para la Competitividad Económica, que apoyó a las empresas a la recuperación económica pospandemia, promovió el acceso a financiamiento de las mismas y facilitó oportunidades laborales con 9,600 visas temporales de trabajo H-2 otorgadas por el gobierno de los Estados Unidos con $76 millones en ingresos salariales.

La inversión dio como resultado que unas 20,000 micro, pequeñas y medianas empresas generaran ventas por $420 millones.

Pero no es el único esfuerzo, la semana pasada, Duncan firmó una línea de crédito a pequeñas y medianas empresas (Pymes) salvadoreñas por $60 millones y que estarán disponibles a través de un banco local.

Ese esfuerzo beneficia con préstamos al menos a mil empresas salvadoreñas más, y en particular, a aquellas que abordan el cambio climático o las oportunidades de acercar su producción al territorio de consumo.

Estados Unidos ha probado siempre ser un socio confiable, un socio preocupado por el bienestar del país para ayudar a crear las condiciones necesarias para que los salvadoreños encuentren en su país las oportunidades para desarrollarse y prosperar. Eso es una salida más inteligente que la migración ilegal que tantos peligros encierra para los que se atreven a hacerla.

Además, hay que recordar que Estados Unidos es el hogar de casi tres millones de salvadoreños, nuestro principal socio comercial y el país que acoge un importante programa de trabajadores temporales que ha traído muchos beneficios a miles de compatriotas.