El papa Francisco clamaba el martes que ¡estamos destruyendo el mundo con la guerra!. Los sonidos de ametralladoras, misiles, cohetes o bombardeos aéreos suenan en diversas partes del mundo y la angustia de que una nueva conflagración mundial se extienda ha llenado de preocupación a las personas de buena voluntad.
Desde la invasión rusa a Ucrania en marzo de 2022 donde las tropas de Vladimir Putin han bombardeado despiadadamente a civiles con una brutalidad no vista desde la Segunda Guerra Mundial, el mundo parece sometido en una vorágine bélica preocupante.
Luego han venido los ataques terroristas del grupo islámico Hamás a civiles israelíes en octubre de 2023, generando otro horrible conflicto en el que el contraataque israelí no ha tenido medida. Esto ha traído consigo una espiral de conflictos en Medio Oriente que parece ahora extenderse al Líbano donde la banda terrorista Hezbolá, patrocinada por Irán, está en conflicto directo con Israel.
Si a eso se suman las revelaciones de que Irán estaría detrás de la planificación de atentados contra el candidato republicano y expresidente estadounidense, Donald Trump, entones la magnitud de la conflictividad va en crecimiento de una manera alarmante.
Los temores que China pueda en algún momento invadir Taiwán con las consecuencias horribles para la población de la isla y para la economía mundial, entonces suma todavía más preocupación.
Volvemos entonces con la preocupación del papa Francisco: ¡"Estamos destruyendo el mundo" con la guerra! Ojalá que la sensatez prevalezca y las partes en conflicto logren abandonar sus intenciones bélicas y calmar las ansiedades que generan a toda la humanidad.