Cuando el precio del petróleo sube, el precio de todo lo demás sube. Es una regla casi universal debido al hecho de que prácticamente todos los bienes y servicios implican el uso de petróleo en alguna etapa de la cadena de suministro que los lleva del productor al consumidor.

La crisis en Medio Oriente, especialmente tras el ataque de Irán a Israel, hace temer una escalada de precios, aunque esa escalada empezó ya hace semanas, debido al otro conflicto en desarrollo en la región: Israel y los palestinos de Hamás en Gaza. Este conflicto, iniciado con el ataque de Hamás a Israel el 7 de octubre de 2023, y su posterior contraataque israelí, han generado una serie de focos de tensión en la región. Por ejemplo, en el Mar Rojo, en Yemén, los hutíes que dominan ese país, han bloqueado y atacado buques que se dirigían a Israel.

Y justo antes del ataque, Irán se apoderó el sábado de un buque "vinculado" a Israel en el estrecho de Ormuz, un paso estratégico por donde circula gran parte de la producción petrolera de los países del Golfo. El estrecho de Ormuz, que une el golfo Árabo-Pérsico con el golfo de Omán, está situado entre Irán y el Sultanato de Omán. Es especialmente vulnerable debido a su estrecha ancho, de unos 50 km, y a su baja profundidad, que no supera los 60 metros.

El estrecho de Ormuz es, con diferencia, la principal ruta marítima que conecta los ricos países petroleros de Medio Oriente con los mercados de Asia, Europa y América del Norte. En 2022, unos 21 millones de barriles de crudo circularon por él a diario, según la Administración de Información Energética estadounidense (EIA). Esto representaba alrededor del 20% del consumo mundial de petróleo crudo.

Todas esas noticias provocan alzas en el precio del petróleo y aunque en El Salvador no dependemos directamente del crudo de Medio Oriente, igual los precios se disparan y por eso nos golpea, por ejemplo, que tengamos una octava alza consecutiva de los precios de los combustibles.

Si las tensiones se agitan aún más, esto puede generar un incremento de precios y mayores problemas económicos mundiales. Hay que tener en mente estas situaciones que países como el nuestro no pueden controlar. Esperemos que el conflicto no suba de nivel y nos veamos aún más afectados que hasta ahora.