Es importante cumplir con el silencio electoral, no aprovecharse ni de la timidez del Tribunal Supremo Electoral para actuar ni de los vacíos de interpretación de la ley. Si alguien no es capaz de respetar la ley, probablemente tampoco es capaz de respetar a los ciudadanos. Entonces deben demostrar ambas cosas.
Las reglas deben ser parejas para todos. Es importante también que el Tribunal Supremo Electoral dé las muestras de confianza y de certeza que le faltaron durante la jornada del pasado 4 de febrero debido a su marcada desorganización, improvisación extrema y cuestionada capacidad. Esperemos que corrijan todos esos errores porque si hace un mes fueron vergonzosos, repetirlos sería un bochorno todavía mayor.
Es momento también para que la población reflexione y analice desapasionadamente su decisión a la hora de votar por sus autoridades municipales en este nuevo contexto de reducción de alcaldías. Es importante que vote con conciencia y no con emoción, que escuchen las propuestas y analicen cuáles les convienen y cuáles son las más realistas, que conozcan a sus candidatos y que finalmente escojan lo mejor para su vida cotidiana.