Nadie sabe cómo llegó hasta Piedras Negras, Coahuila, en el norte de México, la abuelita salvadoreña Abelina Andrade Bermúdez, quien como muchos migrantes busca reencontrase con sus familiares, especialmente con sus nietos que viven en Washington D.C.

Con las nuevas restricciones establecidas en mayo pasado, Bermúdez dice que se dificulta para ella buscar un permiso a través de la aplicación CBP One, la cual está disponible para los solicitantes de asilo, pero que para ella resulta difícil de entender, por lo que apela a que alguien del gobierno estadounidense le conceda un permiso humanitario para cruzar.

La anciana le dijo al canal de noticias 12 Super Channel de Coahuila, que ella viajó desde el municipio de Jiquilisco en Usulután, desde donde llegó sin explicar el modo de transporte y tampoco se sabe quién la acompañaba.

“Nosotras estábamos dispuestas a pasar para aquel lado. Teníamos la posibilidad, pero después por la aplicación (CBP One) ya no pudimos pasar. Entonces aquí puede haber una posibilidad de ayudarme porque allá están mis gemelos”, cuenta doña Abelina.

Pese a su avanzada edad, la anciana salvadoreña asegura que no sufre de complicaciones de salud, solamente dolores de rodilla, en un intento de convencer que no será una carga en EEUU.

Doña Abelina actualmente es asistida en el refugio la Casa Betania de Piedras Negras, Coahuila, donde por ahora vive a la espera que alguien la pueda llevar con sus nietos gemelos.