Los familiares explicaron a la cadena Univision que el salvadoreño tenía varios años de emprender estas iniciativas humanitarias, las cuales eran en beneficio de varias comunidades y colonias de México, pero nunca se imaginaron que esta buena labor le costara la vida.
Lazo viajó la semana pasada hacia Tijuana con un trayecto más de los muchos que realizaba mensualmente a México, pero en esta ocasión el connacional no retornó a EEUU en el tiempo que había establecido, lo cual alertó a sus familiares sobre su paradero.
El 19 de abril los familiares recibieron una llamada de las autoridades mexicanas donde les avisaban que el salvadoreño había sido asesinado a golpes, tras presuntamente un intento por robarle los donativos de ropa y alimentos que llevaba.
Claudia Hernández, una de las hijas del salvadoreño, comentó que su padre había tenido exceso de confianza, porque no acató algunas recomendaciones que le brindaron sobre lo peligro que podían ser algunas colonias de Tijuana. Lazo consideraba que debido a su avanzada edad los riesgos eran menores y que el peligro podía volverse menos probable.
"Es muy peligroso allí. Tan peligroso y probablemente pensó que no iba a tener problemas porque es un anciano", dijo Hernández.
Hasta el momento las autoridades continúan investigando el hecho, porque aseguran no tener datos específicos del responsable o del grupo de responsables que asesinaron al salvadoreño.
Rudy Lazo nació en El Salvador, pero llegó a Estados Unidos en la década de los 80, y durante muchos años trabajó como camionero, pero esa la labor la dejó debido a su avanzada edad. Él vivía en San Bernardino, en California, y desde hace varias décadas se encargaba de llevar ayuda humanitaria a familias de escasos recursos en México.