La CFPB acusó a Zelle y a las tres entidades de disponer de métodos limitados para la verificación de identidades, permitir que los estafadores accedan al sistema, ignorar advertencias que podrían haber detectado fraudes y abandonar a los clientes después de haber sido engañados. La CFPB también afirmó que las quejas interpuestas por los consumidores no fueron atendidas.
"Al no establecer las salvaguardas adecuadas, Zelle se convirtió en una mina de oro para los defraudadores, dejando, a menudo, a las víctimas a su suerte", aseguró el director de la CFPB, Rohit Chopra, en declaraciones recogidas por 'Bloomberg'.
De su lado, Zelle calificó la actuación del supervisor como "jurídica y fácticamente errónea" dado que estaría impulsada, supuestamente, por "motivos políticos".