El papa León XIV visitó este lunes el monasterio de Annaya, donde reposan los restos del santo Charbel, y elevó oraciones por la paz en el Líbano y en todo Oriente Medio, durante el segundo día de su visita apostólica a este país.

El pontífice estadounidense y peruano llegó al recinto monástico tras una primera parada en Turquía. En Annaya, donde el monje maronita Charbel Makhouf vivió en retiro hasta su muerte en 1898, León XIV reflexionó sobre la necesidad del silencio, la modestia y la pobreza, virtudes que, según dijo, son contraculturales pero profundamente necesarias para el alma.

Charbel, canonizado en 1977, es reconocido como el primer santo libanés y su tumba atrae cada año a cerca de cuatro millones de peregrinos, entre ellos musulmanes, que valoran su vida de oración, ayuno y recogimiento. Su figura se ha convertido en símbolo de unidad espiritual más allá de las diferencias religiosas.

Durante su intervención, el papa resaltó que san Charbel ofrece “el silencio a quienes habitan en medio del bullicio, la modestia a quienes viven para aparentar y la pobreza a quienes buscan las riquezas”. Añadió que estos comportamientos, aunque contrarios a las corrientes del mundo, “nos atraen como el agua fresca y pura a quien camina por el desierto”.

Recordó que cada 22 del mes, miles de personas viajan al monasterio para unirse en oración. Frente a la tumba del santo, León XIV encomendó a su intercesión las necesidades espirituales del mundo, de la Iglesia y de la nación libanesa.

“Para la Iglesia pedimos comunión, unidad; empezando por las familias, pequeñas iglesias domésticas, y luego en las comunidades parroquiales y diocesanas; y también para la Iglesia universal. Comunión, unidad. Y para el mundo pedimos paz. Especialmente la imploramos para el Líbano y para todo Oriente Próximo”, expresó el pontífice.

El papa también advirtió que la paz verdadera no puede alcanzarse sin una transformación interior. “No hay paz sin conversión de los corazones. Por eso, que san Charbel nos ayude a orientarnos hacia Dios y a pedir el don de la conversión para todos nosotros”, concluyó.