Una osa polar de la tundra rusa en un pueblo de Krasnoyarks, empezó a acercarse a las casas vecinas en un claro pedido de que le ayudaran a retirar de su hocico una lata de leche condensada que tras lamerla su lengua quedó atrapada, lo que la llevó a no poder comer durante más de una semana.

Un equipo de la cadena española TeleCinco siguió la historia, en la que un grupo de veterinarios se desplazó en helicóptero desde Moscú, sedó al animal y le retiraron la lata con una operación: así, la osa volvió al hábitat siberiano.

Las escenas del pedido de auxilio fueron muy conmovedoras.

Estaba herida, delgada y deshidratada, pero "por suerte el músculo de la lengua" no lo tenía dañado, según los espertos.

Para que el animal se repusiera vecinos y los veterinarios le dejaron un banquete de pescado.