Este sábado Julio Guevara esperaba nuevas noticias y el certificado de defunción de su primo el salvadoreño Frank Jhantigana Guevara, de 35 años, quien murió el pasado 15 de enero víctima de las bajas temperaturas frente a una parada de buses en Baltimore donde se congeló.

En una breve conversación con Diario EL MUNDO contó la madrugada de este sábado desde Maryland que su primo Frank esperaba este año traerse a sus hijos a vivir con él en EEUU, “esa eran su ilusión este año, y poner al niño en las escuela de ‘soccer’ del DC United”.

Julio recuerda que por el trabajo eran pocas las ocasiones en las que podía reunirse con el “primo Frank”, así que cuando eso ocurría trataban de disfrutarlas al máximo. Les gustaba ir a la costa Este y recordar cómo siempre estaban cerca del mar cuando eran niños en su natal La Unión.

“Estaba ilusionado con eso, tener a sus hijos acá y lograr que su hijo fuera futbolista... Hace poco le había mandado unos tacos para que el niño jugara allá”, recuerda.

Dice que la distancia entre sus casas se acortaba con llamadas por teléfono, que aun lo agobia la tristeza de cómo ocurrió esta tragedia justo cuando Frank ya había conseguido un empleo como mecánico y que eso mejoraría sus estabilidad económica.

Recuerda una y otra vez que tras el llamado de alerta de su sobrino desde El Salvador, él se encargó en salir a buscarlo solo con la única fotografía que tenían de él.

“El me había comentado que empezaría un nuevo trabajo de mecánica, y eso también le comento a su hijo, pero no sabíamos en realidad el nombre del taller, solo tenemos una fotografía y así fuimos. Pero al hijo le dijo que también iba a los Home Depor a buscar trabajo”, y fue ahí donde el lunes recibió la primera pista sobre su posible paradero.

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Al preguntar en la tienda Home Depot, donde había sido empleado como albañil, y la cual está ubicada frente a la parada de buses donde le dijeron que habían recogido el cuerpo de un hombre del cual sospechaba se trataba de Frank Guevara. Fue a la estación de policía y le confirmaron que efectivamente que el fallecido era su pariente.

Julio cuenta que Frank tras llegar con un medio hermano a Texas, luego se mudó unos meses a su casa en Baltimore, pero que hace dos meses había conseguido rentar una habitación y se había mudado a otra localidad cercana.

“Nunca pensamos que esto fuera a pasar en la familia, y es difícil de digerir, y menos así como le pasó a mi primo”. Recuerda que sus hijos se habían encariñado tanto de Frank que también los llamaban primo.

“Pues ya mi hijos le tomaron cariño y siempre, pues preguntaban por el primo”, cuenta Guevara. También dice que entre los que lo conocieron se creaba un vínculo de amistad muy fuerte, especialmente porque era solidario y ofrecía su experiencia como mecánico.
Era conocido por muchos, “el también era un buen mecánico y cada cosa que había que arreglar de mecánica el siempre se ofrecía”.

La familia del salvadoreño habilitó esta semana una cuenta de GoFoundMe con la que buscan recaudar fondos para repatriar los restos mortales de Frank Guevara hasta San Miguel, en El Salvador.