Torres quien no dudó en llegar a la cima de los resultados, no alcanzó los votos para saborear la victoria en primera vuelta, pero admitió durante la madrugada que su ambición de ganar es inagotable.
“Vamos a ganar, contra quien sea”, aseguró cuando los periodistas le cuestionaron sobre su opinión al sorpresivo ascenso de Bernardo Arévalo, del Movimiento Semilla.
Insistió en decir que ella y sus simpatizantes “estamos listos, prestos y dispuestos para ganar”.
También calló cuando le preguntaron si había un mensaje a la candidata derechista Zury Ríos, a quien las encuestan la anticipaban como una posible contendiente en el balotaje.
Fiesta para el pueblo
Por su parte Bernardo Arévalo del Movimiento Semilla se concentró en externar su agradecimiento al “pueblo” para afianzar públicamente a quienes hartos de la corrupción le han dado su respaldo en una demostración de desafío y desapruebo contra los políticos tradicionales.“Amigos y amigas, pueblo honrado de Guatemala, es un gusto estar con ustedes hoy en esta celebración, esta celebración de algo improbable, algo que la gente no veía venir, algo en lo que la gente no creía, que los guatemaltecos podíamos decir ya no más a la corrupción. Creían que los guatemaltecos no teníamos la determinación de decir basta a esta élite política corrupta”, les dijo Arévalo a un grupo de simpatizantes concentrados para celebrar en la plaza La Constitución.
Durante la madrugada cuando el Tribunal Supremo Electoral (TSE) actualizaba poco a poco los resultados de la elección, Arévalo celebró que “sabíamos que íbamos más adelante, no cuánto, pero ha sido una muy agradable sorpresa con que nuestro llamado a la población a iniciar un proceso de recuperación política para la gente decente ha sido escuchado, y es al mismo tiempo un motivo de compromiso para mí, personalmente y para el Movimiento Semilla.
Hasta la tarde de ayer el TSE había procesado 98.5 de las actas electorales, confirmando la ubicación de los lugares de Torres y Arévalo, pero con una inquietante cifra de 956,413 votos nulos, que marcaron el abstencionismo de la jornada.
Sandra Torres
Sandra Torres, la ex primera dama
Sandra Torres es la exesposa del fallecido presidente socialdemócrata Álvaro Colom (2008-2012), quien respaldó a la CICIG, un ente avalado por la ONU que operaba como fiscalía paralela y destapó sonados casos de corrupción, entre 2007 y 2019.“Ya no más papá gobierno, ahora Guatemala va a tener mamá gobierno”, asegura Torres, quien nació el 5 de octubre de 1955 en el municipio norteño de Melchor de Mencos.
Licenciada en Comunicación y empresaria textil, en 2002 se divorció de su primer esposo, con quien tuvo cuatro hijos, antes de involucrarse en política.
Se enroló en la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), partido de centroizquierda que llevó a Colom al poder y que ella dirige ahora.
“Recuérdense que las mujeres somos buenas administradoras. Estiramos el dinero para que alcance en el hogar y yo lo voy a estirar para que alcance en el gobierno”, dice la exprimera dama, de 67 años.
Estuvo detenida en 2019 por supuesto financiamiento irregular en la UNE, pero el caso fue cerrado en 2022.
Torres perdió los balotajes ante Jimmy Morales en 2015 y ante el actual mandatario Alejandro Giammattei en 2019.
Bernardo Arévalo
Bernardo Arévalo, el hijo del presidente
El sociólogo y diputado Bernardo Arévalo, quien dio la sorpresa en la primera vuelta, es hijo del presidente Juan José Arévalo (1945-1951), quien dejó huella en el país.Sobre sus espaldas recae el legado de su padre, quien se convirtió en el primer presidente democrático después de décadas dictatoriales y poner fin a los 13 años del caudillo Jorge Ubico, un admirador de Hitler que sometió a trabajo forzado a los indígenas mayas.
Nació en Montevideo, Uruguay, en 1958 debido al exilio de su padre en Sudamérica y Francia luego que fuera derrocado Jacobo Árbenz en 1954 por una invasión fraguada por Estados Unidos.
Bernardo Arévalo, de 64 años, vivió principalmente en Francia y México y llegó a Guatemala a los 15 años. Fue vicecanciller en 1994-1995 y embajador en España entre 1995 y 1996, durante el gobierno de fallecido presidente Ramiro de León Carpio.
Durante la campaña electoral, como candidato del movimiento Semilla, prometió seguir los pasos de su padre para mejorar la educación, reducir la violencia y la pobreza que afecta al 59% de los 17,6 millones de guatemaltecos.