Portando pancartas con la frase "No a la muerte, sí a la vida", los manifestantes recorrieron a pie, en motos y vehículos calles de asfalto y tierra para llegar al punto llamado Llano Urbina, ubicado en el municipio de Cantel, en el departamento de Quetzaltenango, unos 200 km al oeste de la capital.
Líderes comunitarios, pastores evangélicos y la alcaldía comunitaria de la Aldea Pasac Primero, que convocaron la manifestación hace una semana, afirman que allí funcionará una capilla en honor a la deidad de la llamada Nuestra Señora de la Santa Muerte.
Se trata de un nuevo movimiento de culto que se ha hecho popular en México y Guatemala. La Santa Muerte es venerada principalmente por pandilleros y miembros del crimen organizado, pero no es reconocida por la Iglesia católica.
El inmueble, según los convocantes, es construido por pandilleros que guardan prisión en la Granja Modelo de Rehabilitación Cantely será inaugurado el 31 de octubre.
"Como pueblo cristiano creemos en la vida y hemos estado orando por muchos días, pero que hoy hemos llegado a este punto para poder hacer manifiesto que no estamos de acuerdo con la muerte, estamos de acuerdo con la vida", dijo a periodistas el pastor evangélico Gabino.
Las autoridades de la municipalidad, no obstante, niegan que hayan dado permiso o licencia para edificar la capilla.
La Constitución de Guatemala establece que el país es laico y garantiza la libertad de culto pues toda persona tiene derecho a practicar su religión o creencia en público o en privado. Sin embargo, en el país existe una fuerte oposición a establecer iglesias contrarias al cristianismo.