La administración del presidente Joe Biden estaría organizando un plan para extender el número de deportaciones aceleradas de migrantes desde la frontera sur, pese a que conocerse que en junio se desplomó la cifra de cruce de ilegales comparada con el mes anterior.

Los agentes de la Patrulla Fronteriza (CBP) registraron un poco más de 100.000 detenciones de inmigrantes en junio a lo largo de la frontera sur, una fuerte caída del 60% en comparación con las 169.000 detenciones reportadas en mayo.

“Parte de esa caída se puede atribuir a la fuerza y ​​las consecuencias que estamos implementando en la frontera”, dijo este miércoles a la CBS News, Blas Núñez Neto, subsecretario de inmigración y política fronteriza del Departamento de Seguridad Nacional, en referencia a las nuevas reglas de asilo más estrictas promulgadas por EEUU.

Núñez Neto reconoció durante una entrevista con la televisora estadounidense, que la administración está organizando la "expansión más significativa del uso de la deportación acelerada en la historia del DHS", aprovechando la responsabilidad legal que tienen los funcionarios fronterizos de deportar a los migrantes sin audiencias judiciales si no solicitan refugio o si fallan en sus exámenes iniciales de asilo, como ha ocurrido desde 1990.

Núñez Neto dijo que la medida de la deportación acelerada a quienes violan las nuevas reglas migratorias para solicitar asilo uy el ingreso ilegal a EEUU, ha disuadido la migración al reducir el porcentaje de migrantes que pasan sus entrevistas iniciales de asilo del promedio previo a la pandemia de más del 80 % a menos del 50 %.

Críticas

Los defensores de los inmigrantes y los grupos de derechos humanos dicen que administración Biden se basa en las políticas restrictivas de la era Donald Trump para disuadir a los inmigrantes.

Robyn Barnard, de Human Rights First, un grupo que abogados que trabajan por los inmigrantes y refugiados, dijo a CBS News que es "perverso" que la administración de Biden cite una restricción al asilo como una razón para cruzar la frontera más baja.

“Para una administración que dice que es pro-inmigrante y que quiere dar la bienvenida a los solicitantes de asilo, promocionar esta prohibición como un éxito es muy decepcionante, porque claramente contraviene nuestras obligaciones con los refugiados”, refiriéndose a la restricción sobre la elegibilidad para el asilo de la que echa mano el gobierno.

Pese al descenso en los cruce Nuñez Neto, el funcionario fronterizo del DHS, dijo que la administración aún espera ver "mucha migración en las próximas semanas y meses".