Dos policías murieron el jueves en un tiroteo con presuntos delincuentes en el estado mexicano de Guerrero (sur), confirmó el gobierno.
Militares mataron luego a 17 pistoleros que los atacaron, dijo el secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, en la habitual conferencia presidencial, tres más de lo reportado inicialmente. Once sospechosos fueron arrestados, agregó.
"Estos grupos, como podemos ver, tienen un poder de fuego muy importante", incluyendo ametralladoras de alto calibre, dijo García Harfuch.
El mismo jueves en el estado de Guanajuato (centro), un coche bomba explotó afuera de una base policial, hiriendo a tres agentes. Una segunda explosión en esa misma región causó daños materiales.
Consultada si estas acciones pueden ser considerados "narcoterrorismo", Sheinbaum respondió que "no se puede catalogar como terrorismo".
Anunció que el próximo martes expondrá las diferencias entre "terrorismo" y "delincuencia organizada" en un nuevo informe gubernamental de seguridad.
Aunque no adelantó sus argumentos, el gobierno de Sheinbaum mantendría la postura del expresidente Andrés Manuel López Obrador, quien sostenía que calificar a los cárteles como terroristas abriría la puerta a una posible intervención de Estados Unidos en México.
El expresidente y hoy candidato a la Casa Blanca, Donald Trump, ha planteado la idea de designar a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas.
Para García Harfuch, los ataques en Guanajuato estarían vinculados a disputas entre cárteles e intentos de amedrentar a las autoridades.
Guerrero y Guanajuato son dos de los estados más afectados por la violencia criminal.
Guerrero, donde está el popular balneario de Acapulco, ha soportado años de violencia por disputas territoriales para producir y traficar drogas.
Guanajuato, un próspero centro industrial y turístico, es hoy el estado más violento del país por número de asesinatos.
Sinaloa, bastión del poderoso cártel del mismo nombre, también sufre una escalada criminal tras el arresto en julio del capo Ismael "Mayo" Zambada en Estados Unidos, que desató una guerra interna en la organización.
Sheinbaum, que asumió el 1 de octubre, rechaza atacar a los cárteles y propone seguir la estrategia de su predecesor de atender las causas de la criminalidad, haciendo además mejor uso de la inteligencia.
México suma más de 450,000 asesinatos desde finales del 2006, cuando el gobierno inició la ofensiva militar contra las mafias.