El muro flotante está compuesto por boyas gigantes atadas al fondo del río, así como una red acuática que impide que los migrantes crucen por debajo de la barrera.
Esta nueva medida antiinmigrante es implementada por el gobernador texano, Greg Abbott, quien mantiene una rigurosa lucha por evitar el aumento en los cruces de migrantes de manera ilegal por la frontera sur de EEUU.
Las personas que son detenidas cruzando el río Grande son arrestados por agentes de la Guardia Nacional de Texas y son devueltos a México bajo una orden judicial, pero los migrantes consideran que esas medidas no van a impedir que ellos intenten ingresar hasta EEUU en busca de un mejor futuro económico y mejores condiciones de vida.
Muchos migrantes consideran que este muro flotante no impedirá que las personas intenten llegar hasta Texas, porque reconocen que las necesidades y precariedades que vivían en sus países de origen son muchos más grandes que retornar desde la frontera.
Las organizaciones proinmigrantes también advirtieron al gobierno texano que esta medida causará muchas muertes, especialmente en mujeres y niños, porque consideran que esta barrera hará que la corriente de agua arrastre a muchas personas cuando intenten cruzar sobre ella.