La Asamblea Nacional de Nicaragua anunció el pasado miércoles sobre la aprobación en segunda lectura de la reforma constitucional que otorga más poderes al presidente del país, Daniel Ortega, permite ampliar un año más el mandato presidencial e incluye la retirada de la nacionalidad a todas aquellas personas declaradas como "traidores a la patria", antes de que pase a una tercera votación como tarde a finales de enero.

"Por orientaciones de la Presidencia de la República, comandante Daniel Ortega y compañera Rosario Murillo, el día de hoy continuamos con la aprobación de la Reforma Parcial a la Constitución política de la República de Nicaragua con los artículos referidos a los títulos: "Sobre el Estado" y "La Nacionalidad Nicaragüense", ha informado en su cuenta de la red social X.

En el comunicado, el Parlamento nicaragüense señala que "los traidores a la Patria pierden la nacionalidad nicaragüense" e impide a cualquier "persona u organización (...) realizar actividades que atenten contra nuestra Paz y Soberanía".

Por otra parte, la reforma aprobada establece que, además del himno nacional, la bandera azul y blanco y el escudo nacional, ahora también la "Bandera Rojinegra de la lucha antiimperialista de nuestro general Augusto C. Sandino y de la Revolución Sandinista" --la bandera del gubernamental Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN)-- forma parte de los "símbolos patrios".

"Los artículos aprobados unánimemente reafirman el carácter Revolucionario, Libre, Soberano e Independiente de nuestro Estado , cuyo poder es ejercido por el Pueblo a través de la Presidencia de la República que dirige el Gobierno y coordina a los Órganos Legislativo, Judicial, Electoral y de Control de la Administración Pública y Fiscalización y los Entes Autónomos", ha defendido la Asamblea Nacional.

El nuevo texto autoriza al mandatario arrogarse más competencias al pasar a ser coordinador último de los poderes legislativo y judicial. Así, el Parlamento planea modificar 148 de los 198 artículos que contiene la Constitución y derogar otros 37, como tarde a finales de este mes.

Nicaragua está llamada de nuevo a las urnas en noviembre de 2026. El Gobierno de Ortega ha impulsado una violenta campaña de persecución de la oposición, privando de nacionalidad a los disidentes. Además, ha expulsado del país a embajadores y ha clausurado miles de ONG nacionales e internacionales, así como medios de comunicación y organizaciones religiosas.