Castillo empezó la jornada como presidente y la terminó lejos del poder, detenido en la Prefectura de Lima por el delito de rebelión tras un intento fallido de disolver el parlamento.
Horas antes de que el Congreso debatiera su tercer intento para sacarlo del poder en 16 meses, Castillo anunció el miércoles que era blanco de “un ataque sin cuartel” por parte del parlamento y anunció su disolución, un toque de queda y dijo que gobernaría por decreto.
Simpatizantes del destituido mandatario encabezaron choques contra la policía.
Sin embargo, las fuerzas armadas y la policía no lo apoyaron, el Congreso ignoró su decisión y procedió a destituirlo.
Pedro Castillo había encabezado ayer una crisis política y llevado a choques entre simpatizantes y críticos a las calles de Lima en donde la policía los reprimió con gases lacrimógenos.
La comunidad internacional estaba atenta a los acontecimientos. Diferentes gobiernos de América manifestaron su preocupación por la situación en Perú y pidieron respetar la democracia tras el intento del presidente Pedro Castillo de disolver los poderes y su posterior destitución por el Congreso.
La fiscalía de Perú inició diligencias contra Pedro Castillo por presuntos delitos de rebelión y conspiración.
Está detenido.
Marita Barreto, coordinadora del equipo especial de fiscales contra la corrupción del poder, anunció que “hay una comisión de un hecho en flagrancia” y que Castillo “está en calidad de detenido”.Una fuente de la fiscalía dijo que Castillo es investigado por el delito de “rebelión”. “¡No era presidente; era un delincuente!”, gritaban opositores frente a la sede policial.
Desde que asumió la presidencia en julio de 2021, Castillo vivió bajo el asedio del Congreso y la fiscalía, que lo acusa de dirigir una presunta “organización criminal” que reparte contratos públicos a cambio de dinero.
Congresistas celebran la destitución de Castillo, que antes los disolvió.