“Nosotros creíamos que teníamos una ciudadanía con una cultura política de poca consciencia, y lo que nos está dando la ciudadanía es una lección diciéndote que no, que hay consciencia ciudadana, creo que es un avance”, admite el académico.
“Lo que ha sucedido históricamente en el país, la lucha contra la corrupción en 2015, los juicios contra genocidios, el tema de la guerra civil... la sociedad tiene memoria y la expresa precisamente en los procesos electorales”, dice Ochaeta al reflexionar el sorpresivo ascenso y apoyo al Movimiento Semilla, el partido cuyo candidato Bernardo Arévalo, compite este domingo por la presidencia con la veterana política Sandra Torres, de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE).
“Estamos presenciando más allá que el Movimiento Semilla esté en segunda vuelta. El ataque que se dio sobre este partido político, y sobre todo con los antecedentes previos contra otros partidos políticos, que no eran del agrado del sistema político de este país, (el cambio de rumbo) lo único que nos indica es el hartazgo ciudadano hacia los actores políticos y económicos que han manejado al país”, explica el experto al aclarar porqué Semilla saltó de lo desconocido a ser un partido popular en dos meses.
(Los grupos de poder) nos pone en una encrucijada como país en términos de valores democráticos, en términos de respeto al Estado de Derecho. Actores que tienen control de los poderes judiciales y de la persecución penal en el país, generan deslegitimidad al propio proceso electoral”.
Wolfgang Ochaeta, politólogo guatemalteco
Sobre el acoso político y judicial del que ha sido blanco Semilla, Ochaeta señala “que sectores están enquistados en el poder”, “están luchando con uñas, dientes y con todo lo que tengan a su alcance... Y eso también genera ciertos escenarios de incertidumbre, sobre todo en querer empantanar y querer judicializar de nuevo el proceso electoral, de generar focos de conflictos, de levantar narrativas de fraudes y de alguna manera de seguir desgastando y desgastando¨.
Pero en su opinión el tablero se rompió el 25 de junio, cuando los mismos guatemaltecos encontraron una oferta que no estaba disponible políticamente.
“Creemos que en el cansancio en la ciudadanía, lo que estaba buscando era precisamente una opción antisistema”, y Semilla la germinó.
(Los guatemaltecos) no te lo estaban diciendo: quiero que sea de izquierda o de derecha, socialdemócrata o liberal social, no estaban en esa tintas del espectro ideológico, sino que yo quiero echar a estos, y la única manera que lo puedo hacer es alguien que no sea afín a estos”.
Wolfgang Ochaeta, politólogo guatemalteco
Una semilla para el difícil reto de recuperar a Guatemala
Ochaeta dice que en un eventual escenario en el que Semilla ganara las elecciones, su proyecto de gobierno tendrá muchas dificultades, pero que significará un paso importante con el respaldo ciudadano para recuperar la institucionalidad del país.“Tenemos que entender que el proyecto de Semilla es un proyecto de rescate institucional, no de tanta transformación, sino de volver a rescatar aquello que en el modelo de transición democrática perdimos por allá del 2012. Prácticamente once años de rescate institucional, de respeto a los derechos humanos, de independencia judicial, de lucha contra las desigualdades, de lucha contra la corrupción. Va a tener muchos desafíos que va tener y no lo puede lograr solo”, subraya.
“También tenemos que entender que el proyecto de Semilla es un proyecto de rescate institucional, no de tanta transformación, sino de volver a rescatar aquello que en el modelo de transición democrática perdimos por allá del 2012. Prácticamente once años de rescate institucional, de respeto a los derechos humanos, de independencia judicial, de lucha contra las desigualdades, de lucha contra la corrupción. Va a tener muchos desafíos que va tener y no lo puede lograr solo”, anticipa el experto.
El politólogo dice que las alianzas serán cruciales para Semilla, principalmente con la sociedad, las alcaldías y con políticos que no comprometan sus principios, que han atraído a los electores.
“Necesita del concierto social y político, y por otro lado sabemos que estos actores políticos corruptos todavía tienen control del Ministerio Público y las cortes, y tiene frente abierto judicial. Va a tender las pruebas suficientes para desmontar los casos, deslegalizar todo el proceso y darse el curso y trámite administrativo que corresponde en el Tribunal Supremo Electoral, frente a lo que muchos analistas dicen que estos son solo hallazgos administrativos, no temas penales”, para Semilla.
Los desafíos para Semilla estarán presentes desde el primer día de echar andar su posible gobierno, de ganar el domigo, pero también al mismo tiempo deben trabajar en “poder generar precisamente la lucha contra las desigualdades a través de generar estabilidad económica, atracción de inversiones, de lucha contra la inseguridad en el país”, que es lo que aqueja a los guatemaltecos y ha empujado a los más jóvenes a migrar.
“El Movimiento Semilla sí tiene un enfoque mucho más sistémico de poder atacar esas tres causas sobre la migración, que no solo nos interesa a nosotros los guatemaltecos sino que es un tema que se trata geopolíticamente en Centroamérica”, explica Ochaeta.
En nuestra relación con los Estados Unidos, la prioridad uno de ellos es el tema de la migración, es un tema de seguridad y el nuestro es el tema de rentabilidad de país. Quienes le dan sostén a Honduras, El Salvador y Guatemala es precisamente la remesa”.
Wolfgang Ochaeta, politólogo guatemalteco
Jóvenes clave para una transformación en Guatemala
Es sabido que los jóvenes han sido los que más se han reactivado los deseos de una nueva etapa política en Guatemala, y también los más activos en involucrarse en el proceso electoral desde la primera vuelta.“Los jóvenes están siendo clave en esta elección, uno por la alta movilidad que tienen, por su alta participación y su involucramiento en las Juntas Electorales, en las Juntas Receptoras de Votos, en el monitoreo electoral y precisamente que más o menos el 40 % del padrón electoral está conformado por jóvenes de los 18 a los 35 años. Y son los que están movilizando el voto en el país”, admite el investigador, que anticipa una gran movilización de ellos este domingo.