La ciudad de Bonita Springs, está ubicada en el condado de Lee, en Florida, y ha figurado en las noticias debido a que fue una de las regiones duramente castigada por el devastador huracán Ian, el cual arrasó con casi todo a su paso en el suroeste de Florida.

Esta situación dejó en adversidad a miles de personas y comerciantes dentro de la ciudad, obligándolos a cerrar sus negocios por falta de energía eléctrica y en el peor de los casos con negocios que ya no existes tras ser derribados por el ciclón.

Ante los daños que sufrió la ciudad de Bonita Springs, el salvadoreño, Mario Domínguez, decidió no darse por vencido y seguir luchando con su restaurante “El Acajutla”, que el abrió días después de esta tragedia auxiliándose de un generador de energía y elaborando pupusas para llevar.

“El Acajutla” es conocido en Florida por su amplio menú de comida salvadoreña, pero también ofrecen diversos platillos de países de Centroamérica y Sudamérica. Pero más allá de su cocina, es un referente de la valentía de los hispanos, al decidir reconstruir esta región.


Domínguez dijo que pudo abrir nuevamente su restaurante luego del huracán, gracias a que posee un generador que le proporciona el servicio eléctrico para el funcionamiento del local, porque en el centro comercial donde está ubicado el restaurante no hay energía eléctrica debido a la destrucción que dejó Ian desde el pasado 28 de septiembre.

El salvadoreño inicio con “El Acajutla” en 2007, y desde entonces se han encargado de servir platillos muy característicos de la comida salvadoreña.

Este emprendimiento le ha permitido salir adelante en Estados Unidos, proporcionando un poquito de la comida latina en Florida.

Además el restaurante ha servido como una potencial fuente de empleo para la comunidad hispana, ofreciendo oportunidades laborales para personas de diferentes nacionalidades de Centroamérica, Sudamérica y México, según comentó el salvadoreño.

El servicio público de noticias de la PBS de EEUU retrató al restaurantero salvadoreño mostrándolo junto con sus empleados con un letrero que anunciaba que “El Acajutla está abierto” tras la tormenta.