Estas cercas instaladas por órdenes del gobernador texano, Greg Abbott, miden aproximadamente dos metros de alto, y están llenas de filosos ganchos que pueden cortar la piel de los migrantes que arriesgan su vida para llegar a la zona fronteriza de EEUU.
Estas alambradas han sido instaladas principalmente en las zonas fronterizas de Eagle Pass y El Paso, así como en varios puntos del río Grande, lugar donde muchos migrantes intentan ingresar por zonas menos militarizadas tras cruzar las riberas del río.
Las cercas de púas son una de las tres recientes medidas antiinmigrantes que el gobierno de Texas ha implementado en las zonas fronterizas con México. En las cuales también destacan el despliegue masivo de militares en frontera y la colocación de un muro flotante en las aguas del río Grande.
Estas medidas han sido criticadas tanto por organizaciones proinmigrantes como por el gobierno del presidente estadounidense, Joe Biden, por considerarlas como factores potentes que ponen el riesgo la vida de miles de migrantes.