Utilizando maquinaria pesada, alambres y cuerdas, los trabajadores se han encargado de mover las boyas de plástico y fijarlas más cerca del lado fronterizo estadounidense. Estos trabajos surgen ante las constantes críticas y quejas del gobierno mexicano, quienes a través de estudio verificaron que el muro flotante invadía el espacio de la frontera mexicana, por lo que solicitaban que fuera retirado, pero el gobierno de Texas únicamente lo movió más cerca de su frontera.
Entre las boyas también han sido colocadas cuchillas, para evitar que las personas pasen sobre ellas, mientras que en las profundidades de agua fue instalada una red metálica que impide que los migrantes crucen nadando por debajo del muro.
Esta medida antiinmigrante fue ordenada por el gobernador texano, Greg Abbott, quien según él, este muro permite una nueva oportunidad de vida para los migrantes, porque al ver los riesgos del muro hace que las personas desistan de querer cruzar por el río, y así no arriesgan su vida en morir ahogados.