La víctima falleció durante "las labores que se estaban haciendo en este instituto", situado en Massanassa, una localidad de 9,000 habitantes en los suburbios de Valencia, indicó Pilar Bernabé, la delegada del Gobierno de la región.
En el accidente, ocurrido el domingo hacia el mediodía (hora local), un segundo hombre, de 35 años, resultó herido y fue trasladado al hospital, precisó Bernabé, quien se desplazó hasta el lugar de los hechos junto a miembros de la policía científica.
Según el presidente de la comunidad de Valencia, el conservador Carlos Mazón, quien convocó una reunión de urgencia en la sede del ejecutivo regional, la víctima y su compañero herido trabajaban para la empresa de obras públicas Tragsa.
El objetivo es "analizar" lo que ha podido pasar y hacer todo lo posible para que este tipo de accidente "no pued[a] volver a ocurrir", explicó Mazón, en el centro de las críticas desde finales de octubre por su gestión de las inundaciones, considerada caótica, y de sus consecuencias.
Varios soldados de la Unidad Militar de Emergencias (UME), que interviene en casos de catástrofes naturales, se encontraban en el edificio cuando el techo se derrumbó, según las autoridades, pero lograron salir indemnes del inmueble.
200,000 toneladas de lodo y residuos
El jefe del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, expresó su "cariño y solidaridad" a "la familia, amigos y compañeros del trabajador fallecido", en un mensaje en la red X."Quiero agradecer y reconocer la labor de todos aquellos que están volcados, sin tregua, en las tareas de recuperación. Su dedicación y entrega son el mejor ejemplo del servicio público".
Pedro Sánchez,
Presidente de España.
La escuela donde tuvo lugar el accidente, llamada Lluís Vives, es, según la prensa española, uno de los establecimientos más afectados por las inundaciones del 29 de octubre en el sureste de España, que causaron al menos 228 muertos, de los cuales 221 en la región de Valencia.
Según el director de la escuela, Salvador Crespo, citado por los medios, unos veinte vehículos impactaron contra el edificio la noche de la riada, arrastrados por la corriente. Como consecuencia, las autoridades habían prohibido la reapertura del centro, en un estado muy frágil.
Este nuevo drama se produce mientras continúan las labores de limpieza y reconstrucción de las infraestructras destruidas por las inundaciones en la región de Valencia, que causaron daños a miles de edificios y coches.
Los servicios del Estado y de la región evacuaron ya alrededor de 200,000 toneladas de barro y residuos desde finales de octubre, según las autoridades valencianas.