Fujio Matsumoto, industrial japonés secuestrado y asesinado por guerrilleros de las FARN en 1978.


Fujio Matsumoto tenía 54 años aquel miércoles 17 de mayo de 1978 cuando guerrilleros de las Fuerzas Armadas de la Resistencia Nacional (FARN) lo secuestraron. Matsumoto había llegado a El Salvador dos años antes para las Industrias Sintéticas de Centroamérica S.A. (INSINCA, S.A.), una empresa textil icónica del país pero aquella noche los secuestradores acabaron con su gestión.

Matsumoto fue secuestrado cuando salía de sus oficinas en el bulevar de Los Héroes rumbo a su residencia en la Colonia Escalón. Los reportes policiales informaron que cinco hombres armados con ametralladoras rodearon el carro de Matsumoto, un Mercedes Benz, hicieron salir al conductor, René Mauricio Orellana, dispararon varias rondas sobre las oficinas de INSINCA y dejaron la zona en el vehículo del empresario, que fue encontrado varias horas después abandonado en el redondel de La Auxiliadora.

El vehículo del industrial japonés fue abandonado tras el secuestro.


Un vigilante de la empresa, Carlos Alberto Campos Fonseca, resultó herido por los disparos de los guerrilleros.

Al día siguiente, las FARN, en un comunicado, se atribuían el secuestro llamando a Matsumoto "representante del imperialismo japonés" y advertían que habría condiciones para liberarlo. También señalaba que si no se cumplían las exigencias, el industrial sería "ejecutado".

Las fuerzas de seguridad del gobierno de Carlos Humberto Romero no pudieron encontrar rastros de los secuestradores ni del industrial japonés. Las FARN era una de las organizaciones guerrilleras que luego conformaron el FMLN.

Un diplomático japonés, Ryoichi Kurata, revelaba a los medios que había recibido instrucciones de su gobierno para darle toda la importancia que tenía el asunto. El entonces embajador, Yuichi Hayashi, estaba de viaje por Estados Unidos al momento del secuestro y se vio obligado a retornar.

Así informaba Diario El Mundo en su portada del 18 de mayo de 1978.


Matsumoto era además, presidente de la Sociedad Japonesa en El Salvador y vicepresidente de la Asociación Salvadoreña-Japonesa, que contribuían a las relaciones culturales y comerciales entre ambos países. El industrial japonés representaba los intereses de la firma nipona Chori, copropietaria de INSINCA.

Dos días después se revelaría que la familia Matsumoto habría recibido un pliego de exigencias de los terroristas.

El lunes 22, cinco días después del secuestro, las FARN divulgaron un comunicado con las exigencias, entre las que figuraban $4 millones y una amnistía para sus 33 activistas detenidos.

Por esos días, la embajada japonesa animó a todos los empresarios y dependientes japoneses que pudieran hacerlo, abandonar El Salvador. El éxodo de empresarios y ejecutivos extranjeros, especialmente estadounidenses, alemanes y japoneses apenas iniciaba. En 1978, el número total de japoneses residentes en El Salvador llegó a 365 personas, y de ellos, 312 residentes eran empresarios japoneses de bancos, fabricantes y empresas comerciales. Casi todos se fueron después del secuestro de Matsumoto.

Fujio Matsumoto fue encontrado muerto meses después del secuestro. Nunca hubo un proceso ni hubo detenidos por su secuestro y asesinato.