Christian Marulanda, country manager de Maple Bear en El Salvador, explicó que “el país ha alcanzado avances importantes en seguridad, innovación financiera y atracción de inversión extranjera, pero persiste un reto estructural: el bajo nivel educativo, especialmente en el dominio del inglés”.
A pesar de algunos avances, los indicadores educativos siguen rezagados. Actualmente, entre 80 y 88 de cada 100 estudiantes salvadoreños no logran ingresar a la educación superior. Además, apenas entre el 12 % y 20 % concluye la secundaria, y el acceso a educación en la primera infancia sigue siendo desigual.
En medio de esta realidad, Maple Bear —presente en 39 países y reconocida por su enfoque en pensamiento crítico y formación internacional— ofrece un sistema que responde a una creciente demanda por educación bilingüe de calidad. Según la Asociación de Colegios Privados de El Salvador, la matrícula en el sector privado creció un 10 % en los últimos cinco años, impulsada por una clase media en expansión.
“Más allá de enseñar inglés, nuestra misión es desarrollar habilidades clave como la innovación, el liderazgo y una visión global en los estudiantes”, aseguró Marulanda. Destacó además que invertir en educación representa no solo una solución social, sino también una atractiva oportunidad económica. Actualmente, las franquicias educativas en el país registran un retorno anual de entre 15 % y 22 %, y el sector ha crecido un 12 % en los últimos cinco años.
La apuesta de Maple Bear se da en un momento en el que El Salvador destina solo el 3.43 % del PIB a educación, un porcentaje bajo que abre espacio para la inversión del sector privado. Esta inversión, combinada con una población joven —más del 60 % tiene menos de 30 años—, posiciona al país como un terreno fértil para la transformación educativa.
“Queremos ser parte del desarrollo de El Salvador. Por eso buscamos inversionistas comprometidos con dejar un legado de alto impacto social mediante la educación. Esta es una oportunidad única para agentes de cambio que deseen transformar generaciones”, concluyó Marulanda.
El modelo Maple Bear, con sus 470 colegios y más de 66,000 estudiantes en todo el mundo, pretende convertirse en un pilar estratégico para fortalecer las capacidades académicas del país, facilitar el acceso a mejores oportunidades laborales y contribuir a posicionar a El Salvador como un referente regional en innovación educativa y crecimiento sostenible.