“Yo caminaba bajo la lluvia en las temporadas de invierno y habían días donde no tenía dinero para regresar a mi hogar... pero siempre había un ángel que me ayudaba porque me dio ride, me prestó una sombrilla y me dio ¢2.50 para subirme a un bus y así poder ir hasta mi casa sana y salva”, compartió Palacios, especialmente sobre sus días como estudiante de la Universidad Centroamericana (UCA) de Nicaragua, en los que muchas veces también optaba por caminar a casa, para no arriesgar su teléfono celular a posibles robos.
La reina universal de 23 años confesó que en su hogar no había un vehículo, por lo que obtener su primer carro fue una gran alegría, para seguir trabajando como influencer y modelo, además de coronar su carrera como licenciada en Comunicaciones.
Lee además: "Miss Francia: Nepal no merecía clasificar en Miss Universo 2023".
Criada en una familia de mujeres, Sheynnis también recordó una "experiencia fuerte" cuando su abuela materna le hacía sus almuerzos para llevar, pero el calor de Nicaragua jugaba en su contra y se echaban a perder, sin embargo hubo personas que por caridad le compartían de sus alimentos.
Tras recordar esos sucesos, la joven dice que ha llorado de emoción y alegría porque su vida ahora ha tenido un giro de 360º al lograr el significativo certamen de belleza. Y espera que sus historias de superación personal sirvan para que otras niñas y mujeres se sientan identificadas y obtengan fuerza. Enfatizó además, que para ella fue muy importante romper el patrón de su madre y abuela, de ser madres muy jóvenes, por lo que en su caso decidió antes recibirse como una profesional.