“¡Dios los bendiga!” era el grito de batalla del puertorriqueño Tito el Bambino, uno de los precursores del reggaetón, cuya carrera empezó en 1994 como parte del dúo Héctor y Tito, pero hoy se da el lujo de cantar porque quiere, pues se considera bendecido.
“La diferencia en el que canta por negocio y yo, es que ya yo hice mi negocio, solo canto por amor a mi gente y el amor me premia con grandes negocios”, escribió en su fanpage el artista, que exactamente en un mes, el 13 de mayo, llegará a El Salvador para presentarse en el Flow Festival junto a Arcángel e Ivy queen.
Por un momento pensamos que habíamos perdido a Tito, pues había optado por alejarse de los escenarios, tiempo que coincidió con la pandemia de covid-19, pero a través de sus En Vivo en Instagram descubrimos que estaba enfocado en su fe cristiana, como en su momento lo hicieron Vico C, Héctor El Father o Farruko.
Efraín David Fines Nevares, nombre real del cantante, sorprendió entonces con sus conversaciones virtuales con figuras del cristianismo, como el controversial evangelista Brayan Caro, la cantante Christine D’Clario o el cantautor Marcos Yaroide. Con este último dominicano, Tito sorprendió a sus fans al derramar lágrimas mientras hablaba de la fe y compartía los milagros de Jesucristo en su vida.
En realidad, Tito había sido muy coherente con este giro, pues ya cuando se separó de Héctor en 2004, no solo era para hacer una carrera en solitario, sino para alejarse de la línea dura que caracterizó al reguetón en sus inicios.
Tras el confinamiento y luego de grabar siete discos de estudio, el “Patrón” ha retomado sus conciertos, principalmente en colaboración con otras estrellas del género, así como sus grandes hits, entre ellos: “Mi cama huele a ti”, “Siente el boom”, “Ay mami”, “¿Por qué les mientes?”, “El amor” y, por supuesto, “Flow natural”.
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