Las actividades iniciaron a las 7:30 de la mañana con una celebración ecuménica, en la capilla del hospital Divina Providencia, y posteriormente, partieron en la caminata rumbo al Centro Histórico de la capital, avanzando por el Monumento Divino Salvador del Mundo y el Parque Cuscatlán y finalizando frente a la Biblioteca Nacional de El Salvador (Binaes).
A lo largo del recorrido, los participantes recordaron al arzobispo como un referente en las denuncias sobre la situación de los derechos humanos, en el contexto del conflicto armado.
"Monseñor Romero era un ciudadano ejemplar. En este sentido, podría decirse que el legado de Monseñor Romero es una materia prima importante para la configuración de un nuevo país. Estamos luchando para que su legado sea más conocido", reflexionó el sacerdote católico Vicente Chopin.
El evento se realizó con el fin de no olvidar el sacrificio de Monseñor Romero y de continuar en la lucha por un país justo y pacífico, en el que se respeten los derechos de sus ciudadanos.
“El legado de Monseñor Romero es un vínculo muy cercano entre la fe y la acción”, afirmó el sacerdote de la iglesia Anglicana de Washington, Paul Moore.
A las 12:00 del mediodía se celebró una misa en Catedral Metropolitana, mientras que a las 2:00 de la tarde está prevista una segunda ponencia titulada: ¿Qué pasa con nuestra casa común?.
Por la tarde seguirá un concierto de flauta y violín, mientras que a las 4:00 de la tarde se prevé la celebración de otra misa.
El arzobispo de San Salvador, Óscar Arnulfo Romero fue asesinado el 24 de marzo de 1980 en la capilla del hospital Divina Providencia, mientras oficiaba misa en la tarde. La Iglesia Católica lo elevó a los altares el 14 de octubre de 2018.
Nadie ha sido condenado por su asesinato, pero un Informe de la Comisión de la Verdad -tras los Acuerdos de Paz en 1992- adjudicó el magnicidio a los escuadrones de la muerte. La comisión de la Verdad concluyó que el asesinato fue ordenado por el exmayor de la Fuerza Armada y posterior fundador del partido ARENA, Roberto d'Aubuisson y los capitanes Álvaro Saravia y Eduardo Ávila participaron en su ejecución..