Esta conmemoración tiene un sabor agridulce para muchos, una fecha marcada en el calendario en la cual se percibe una tristeza perenne por la ausencia física, al mismo tiempo que se recuerda el amor y las anécdotas de familiares y amigos que partieron.
Para Doris Guevara, en este día hay “fiesta en el cielo”, porque se conmemora que la familia tiene aún más presente el recuerdo de los seres queridos que ya no están en este mundo.
Guevara enflora la tumba de su hija Besi Lorena, en el cementerio de La Bermeja, que falleció hace 17 años, mientras recuerda que ella “siempre vive en su corazón”.
Esteban Ordoñez, residente en San Bartolo, Ilopango, aseguró que este día es una tradición para su familia que no se debe de olvidar.
“En el corazón tampoco debe de olvidarse uno, porque en el corazón de uno siempre vive el hijo, siempre, aunque haya muerto, uno siente el deber de padre de no olvidarse de ellos”, indicó Ordoñez hincado sobre la tumba de su hijo que falleció hace siete años en un accidente de tránsito.
Devoción
Llueve, truene o relampaguee, haga sol o mucho calor, Rosa Miriam Sigüenza tampoco olvida ningún Día de los Fieles Difuntos para recordar a su nieto al que crío y considera su hijo.Cada cumpleaños, en diciembre, así como el 1 y 2 de noviembre son citas programadas en las que Sigüenza ofrece flores a la tumba de su nieto que falleció cuando tenía 18 años.
Los cementerios capitalinos abrieron las puertas al público a las 7:00 a.m. y los familiares pueden ingresar hasta las 5:00 p.m.
Todos los cementerios de los distritos de Ayutuxtepeque, Mejicanos, San Salvador, Cuscatancingo y Ciudad Delgado mantendrán el mismo horario y se prevé que más de 50,000 personas visiten los camposantos durante el fin de semana.