Lo anterior provocó molestias en los vendedores, quienes afirman hubo mala organización de las autoridades.
“El 23 de diciembre, ellos sin avisar han venido a corrernos a los que estábamos lo que podemos decir en la parte de frente al mercado, lo que se conoce como sector A del mercado, hemos desmontado a la carrera, porque nos habían dicho dónde íbamos a estar, pero no cuándo. A ellos les falto organización”, explicó Jessica Zelaya, costurera del mercado San Miguelito, quien lleva desde antes de nochebuena sin trabajar por falta de energía eléctrica en su puesto de venta.
Las láminas que rodean el mercado tienen una altura de dos metros, algunas han sido colocadas unas sobre otras para evitar que al momento de la demolición, algún pedazo caiga sobre los otros comerciantes.
Para finales de octubre, la comuna trasladó a más de 115 vendedores del sector de comidas, y luego al sector de flores.