Después de declararse culpables, los propietarios Jeffrey Vaughan y George Evans fueron sentenciados el martes a más de cuatro años de prisión y dos años y medio de prisión, respectivamente por liderar “una empresa familiar de tráfico de mano de obra”. También en este caso fue condenada a cinco años de cárcel la salvadoreña Ana Patricia Aragón Landaverde, gerente de servicios de limpieza señalada de tráfico y explotación, y el guatemalteco Salvador Jerónimo-Sis, acusado de crear documentos de identidad falsos para las víctimas, por lo que cumplirá una condena de casi dos años de prisión.
Los propietarios y gerentes de Magnolia Cleaning Services reclutaron trabajadores, a menudo entre 14 y 25 años, provenientes de Centroamérica.
“Los sujetos de esta investigación perpetuaron una empresa de tráfico laboral donde los niños fueron obligados a trabajar muchas horas en condiciones inhóspitas”, detalló Jim Stitzel, agente especial adjunto a cargo de Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional Norfolk (HSI), en Virginia. “Estos delincuentes operaban una empresa de tráfico de mano de obra basada en la familia donde contrabandeaban su fuerza laboral a los Estados Unidos desde El Salvador”, aseguró.
Inicialmente la investigación sobre este escandaloso caso comenzó 2021 luego que conocidos de las víctimas denunciaron los malos tratos de los que eran objeto por parte de los gerentes de Magnolia Cleaning Services.