Francisco Álvarez, exesposo de Patricia Cuéllar, aseguró a la Corte que la desaparición forzada de su excónyugue fue “planificada”, debido a que previo ocurrieron al menos dos operativos de inteligencia para localizarla a ella y a su familia.
“En el caso de Paty estaba antecedido por una serie de actividades de inteligencia militar y de operativos militares. En el caso de don Mauricio, el padre de Patricia y doña Julia Orbelina, si fueron accidentes, pero igual accidentes que no tenían por qué haber pasado. En tanto que ellos no tenían ninguna participación ni política ni con organizaciones”, sostuvo Álvarez en su testimonio en calidad de víctima.
La Corte IDH empezó a escuchar testigos, ayer, sobre el caso Cuéllar versus El Salvador, donde la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) estableció como responsable al Estado salvadoreño de la desaparición de Patricia Emilie Cuéllar Sandoval; la de su padre, Mauricio Cuéllar Cuéllar, y la de doña Julia Orbelina Pérez, quien laboraba con ellos, en un hecho del 28 de julio de 1982.
Ante la corte también habló doña Gladys Pérez de Castro, la hija mayor de Julia Orbelina. Destrozada por el dolor de perder a su madres desde hace 41 años, Pérez relató que durante ese tiempo ha sufrido de depresión severa, que durante un tiempo fue tratada en el Seguro Social, pero que, tras darle el alta se rehusaron a darle seguimiento, por ello, debe costear su tratamiento médico privado.
“Lo que mas sentía yo es que a saber dónde habrá ido a quedar, porque como ya no se halló ni el cuerpo ni nada”, dijo la señora a la Corte.
La hija mayor de Orbelina Pérez declaró ayer ante la Corte IDH.
La desaparición.
Patricia Emilie Cuéllar Sandoval, nación en Washington, Estados Unidos, en 1958, pero era hija de padres salvadoreños que en su niñez decidieron regresar a El Salvador y establecerse. Fue colaboradora de movimientos cristianos y secretaria del Socorro Jurídico Cristiano, fundado por el padre jesuita Segundo Montes, pero debido a que fue perseguida por su labor, dejó de laborar ahí en 1980.Un día antes de su desaparición, ella había denunciado persecución de parte de hombres vestidos de civil. Las alertas sobre que algo le había pasado se encendieron cuando no esa tarde no pasó a recoger a sus hijos al kínder.
En la noche, su padre Mauricio Cuéllar, quien era gerente de la Asociación Salvadoreña de Industriales y su empleada, Julia Orbelina Pérez, fueron sacados con violencia de la casa en la colonia Escalón. Sus vecinos dijeron que unos 10 elementos del Ejército saquearon la casa en un pick up azul y un jeep verde.