El Juzgado Segundo de Instrucción de San Salvador dio ayer lectura de la declaración anticipada del teniente, José Ricardo Espinoza Guerra, sobre la masacre ocurrida en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA), hace 34 años, donde fueron asesinados seis sacerdotes jesuitas y dos colaboradoras.

En su declaración anticipada, Guerra afirmó que fue investigado por la Comisión Investigadora de Hechos Delictivos de la Fuerza Armada de El Salvador, luego de la masacre, pero no mencionó quienes participaron en la masacre. El teniente, de 62 años de edad, dijo que del período de 1987 al 1992 estuvo destacado en el batallón Atlacatl, que él tenía a su cargo una sección compuesta de unos 40 a 41 militares, y que luego de la masacre todos fueron retenidos, debido a la “investigación” que realizaba esa comisión sobre los hechos. Sobre cuáles fueron los resultados de la investigación o quiénes eran los que conformaban la comisión, el testigo dijo que no sabía.

Es de destacar que la declaración de Guerra fue propuesta por la defensa del exdiputado Rodolfo Antonio Parker Soto.

Con su declaración, el abogado del exdiputado pretendía desvirtuar la acusación fiscal que establece que fue Parker quien le ofreció dinero al testigo para que cambiara su declaración durante la investigación que inició la Comisión de Hechos Delictivos. La audiencia preliminar de la masacre de la UCA estaba programada para el pasado 4 de diciembre de este año, pero fue suspendida ya que faltaba la lectura de la declaración.