El deseo de ayudar y servir a las personas debe ser una de las cualidades fundamentales en quienes desean convertirse en médicos, esa es la visión de Roberto Montoya Argüello, galeno con 50 años de ejercicio.

Desde muy joven, Montoya tenía decidida su vocación, a sus cortos 10 años el deseo de convertirse en médico tocó su puerta, específicamente en un “partero”, inspirado por la figura de un médico de su ciudad natal, San Miguel, quien lo recibió cuando nació en 1947.

“Él era un hombre muy respetado, un hombre tranquilo y yo sentí que yo podía, y debía, servir a la sociedad de esa manera, así que desde los 10 años dije que iba a ser médico y partero”, manifestó el galeno.

Con el paso de los años su elección no cambió, arraigado a su decisión, el joven Montoya inició en 1965 sus estudios en la Universidad de El Salvador (UES) y ocho años después, a la edad de 26, cumplió ese sueño al graduarse como médico general, en 1973.

El médico recuerda que durante sus años de universitario participó como voluntario en la Cruz Roja de San Miguel, con el propósito de brindar asistencia a los soldados en la guerra contra Honduras, junto a otros tres compañeros de carrera.

“Yo aún era estudiante de Medicina cuando estuvo la guerra contra Honduras, y en aquel afán de búsqueda de aventura, decidimos irnos cuatro amigos voluntarios a la Cruz Roja de San Miguel y nos mandaron al frente. Recuerdo que llegamos en una noche de batalla y nos solicitaron que uno de nosotros se quedara y dije: ‘Yo me quedo’, me quedé tres días sudando entre los montes, comiendo nada más limón con agua“, relato con gracia Montoya.

Posterior a ello, Montoya regresó a “la vida civil”, como describió. En 1972, inició su servicio social en el municipio de Metapán, al otro lado del país, en el departamento de Santa Ana en la unidad médica número 27, debido a que en esa época la UES tuvo un cierre temporal.

“El ministro de esa época nos pidió que continuáramos porque no había estudiantes que hubieran terminado la carrera para poder llegar a cubrir el año social y volutamiente con otros compañeros dijimos que sí”, recordó.

Aseguró que durante su residencia en Metapán, fueron años “maravillosos” donde conoció mucha gente e hizo amistades que aún perduran en el tiempo.

Foto: Emerson del Cid
Foto: Emerson del Cid

Trayectoria.

En 1975, el galeno se trasladó hacia la capital, al Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS) para entrar al programa de residencia de gineco-obstetricia y luego de tres años, en 1978 obtuvo el título en la especialización, dicha rama trata la atención de las mujeres durante el embarazo y el parto, culminando con ello su sueño de ser “partero”.

Desde ese entonces, Montoya laboró en el Seguro Social como médico agregado al Hospital Materno Infantil 1º de Mayo, durante más de 10 años. De igual forma, se desarrolló como médico gineco-obstetra de las unidades médicas Atlacatl y San Jacinto del ISSS.

Posteriormente, se convirtió en jefe de la consulta externa del mismo hospital. Asimismo, fue auditor médico en el Seguro Social, además de cargos relacionados a su especialización.

Agregó que además de ejercer en el área pública de salud, también asistió en lo privado, en el Centro Ginecológico.

No obstante, el galeno también ostenta un Master en Administración y Dirección de Empresas que obtuvo en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA), en 1991.

“Fue un antojo intelectual que quería sacar la maestría de Administración de Empresas, siendo ya médico me inscribí en la UCA, ahí obtuve el diploma”, relató.

Continuó trabajando en el área privada como médico, expuso que no ejerció su Máster debido a diferencias, por lo cual, se mantuvo al 100 % en el servicio médico.

Figura.

Además de dedicar la mayor parte de su vida al servicio de las personas, el especialista formó parte de distintas asociaciones. En 1990, Montoya se unió a la Asociación de Ginecología y Obstetricia de El Salvador (ASOGOES).

De igual forma, formó parte de la Asociación de Médicos Retirados de El Salvador (ASALMER), donde también fungió como presidente de la gremial de 2019 a 2020, antes de su actual cargo como presidente del Colegio Médico.

Montoya destacó que el gremio médico enfrenta grandes desafíos, uno de ellos es incrementar constantemente el número de miembros de la asociación con el fin de orientarlos y que comprendan la necesidad de estar agremiados.

Cada 14 de julio se celebra el día del médico salvadoreño, por decreto legislativo, en reconocimiento a la labor humanitaria en favor de la sociedad.