El especialista explicó que la montaña está conformada por depósitos piroclásticos, que corresponden a fragmentos de erupciones volcánicas, de manera que si los taludes tienen una pendiente vertical son más susceptibles a deslizamientos de tierra, por la inestabilidad de la tierra.
“En el caso de Los Chorros predominan una serie de diversos volcanes, todos son depósitos piroclásticos que tienen a comportarse de igual manera, de manera que la verticalidad le hace mal, la verticalidad a esos suelos les provoca un colapso o una desestabilización y, por supuesto, una fractura tiende a provocar un deslizamiento”, expuso Hernández, en la entrevista de Frente a Frente.
El coordinador de Ingeniería Geológica indicó que en Los Chorros, predominan los depósitos del volcán de San Salvador y del volcán de Coatepeque, así como erupciones plinianas, es decir, de cenizas del volcán de Ilopango.
De acuerdo con Hernández, la montaña que rodea Los Chorros es “relativamente joven” con una antigüedad de apenas 55,000 años, en comparación con otras zonas del país con suelos de hasta 2 millones de años, lo que implica que sus materiales sean poco cohesivos, con alta probabilidad de erosión y que colapse ante estímulos naturales como la lluvia o los sismos.
El experto señaló que en el sector hay suelos “sumamente porosos”, de materiales de arena y arcilla, en su mayoría arena que tienden a fracturarse internamente y tienden a deslizarse con más frecuencia, aunque existen tramos con formaciones más estables como la zona conocida como “Las Lajas”, compuesta por roca volcánica sólida.
“Considerando que este tipo de suelos siendo jóvenes y de alta permeabilidad conducen muy bien el agua en la época lluviosa pero también hay que saber que cuando hay excesos de lluvia, el suelo se satura y tiende a producir mucha escorrentía. Si tuviéramos un suelo con un poquito más de arcilla, el suelo sería más cohesionado y seguramente fuera más estable, pero siendo que son suelos de depósitos piroclásticos con una diversidad de capas”.
Miguel Hernández.
Coordinador de la carrera de Ingeniería Geológica de la Universidad de El Salvador.
El coordinador de Ingeniería Geológica sostuvo que la reapertura y el mantenimiento de Los Chorros es vital para la conectividad del país, pero debe ir acompañada de una evaluación técnica rigurosa y de una inversión acorde con los riesgos geológicos presentes.
“Su estabilización es posible, pero significa una inversión onerosa y que, frente a la necesidad que tener esta carretera habilitada, hay que valorar hacerlo ahora que hemos sufrido este problema del cierre de la carretera”, concluyó.
Los derrumbes
El sábado 26 de abril en la madrugada, un talud cedió sobre la carretera Panamericana, en el tramo de Los Chorros, imposibilitando el paso entre el Área Metropolitana de San Salvador y las principales calles que llevan al occidente del país.El gobierno removió el alud y habilitó la vía el lunes, sin embargo, ese mismo día en la tarde hubo otro cierre de unas horas que causó un colapso en el tráfico capitalino. Tras las lluvias de esa noche, otro talud cedió en la madrugada del martes y volvió a cerrar la vía hasta el momento.
Ayer, el ministro de Obras Públicas, Romeo Rodríguez, afirmó que ya habían recogido toda la tierra, pero que el paso seguiría cerrado. El Viceministerio de Transporte anunció que habilitaría la vía el próximo lunes a las 2:00 de la madrugada.
Desde hace mes y medio, conductores que pasan por la zona publicaron videos donde se observa que la tierra caía sobre los vehículos que transitaban y expresaron su temor por una tragedia, debido a que los taludes no tenían inclinación. El ministro salió al paso y respondió que la tierra observada era producto de trabajos de maquinarias en las coronas de las montañas y luego, defendió, que los taludes no quedarían tan verticales como estaban.
Tras el derrumbe del martes, el ministro Rodríguez dio una conferencia de prensa el miércoles donde afirmó que trabajarían en reducir la verticalidad y acostarían los taludes.